
mientras tú con tus expertos dedos,
acaricias los rincones de mi pecho.
Sueño esos momentos en que mi mente,
abandona todos los seguros,
dejandome a tu merced como un bebe.
Realmente amo cada instante,
en que tus dedos, caprichosos,
se deslizan suavemente,
por los recovecos de mi piel, ávidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario