lunes, 20 de abril de 2009

BUCÉFALO



Significa: "cabeza de buey"., unos dicen que por su cabeza de frente ancha y perfil ligeramente cóncavo, otros, en cambio dicen que le llamaban Bucéfalo porque tenía una marca blanca semejante a la cabeza de un buey sobre su frente, era un animal de gran tamaño comparado con sus contemporáneos. De un negro azabache era descrito como una criatura grandiosa, con cuerno de marfil y cola de pavo real, también que uno de sus ojos era de color azul. Según la historia, fue el mismo Alejandro el primero en montar a Bucéfalo, a los doce años, y que por su temperamento arisco y difícil, sólo se dejaba montar por él., se cuenta que Alejandro entraba en los combates con él y que su prestigio en la lucha era tremendo. Bucéfalo se revolvía y giraba de forma poco frecuente haciendo que la efectividad de Alejandro en la lucha, fuera máxima. Sabía Alejandro que su vida dependía en gran manera de su caballo y por ello cada vez era mayor su amor por él, en los miles de kilómetros que recorrieron antes de las batallas siempre iba a la reata sin peso y sólo lo montaba en los momentos decisivos, tenía alrededor de 30 años cuando murió. Probablemente de viejo, pero algunos dicen que murió a consecuencia de las graves heridas que recibió en la batalla del río Hidaspes, contra el rey indio Poros. Alejandro lo enterró con honores militares y fundó la ciudad de Bucefalia. Tanto Alejandro como Bucéfalo tenían aproximadamente la misma edad cuando ambos murieron, alrededor de los treinta años.

"Trajo un tesalino llamado Filónico el caballo Bucéfalo para venderlo a Filipo en trece talentos, y habiendo bajado a un descampado para probarlo pareció áspero y enteramente indómito, sin admitir jinete ni sufrir la voz de ninguno de los que acompañaban a Filipo, sino que a todos se les ponía de manos. Desagradóle a Filipo y dio orden de que se lo llevaran por ser fiero e indócil; pero Alejandro, que se hallaba presente:

"¡Qué caballo pierden -dijo-, sólo por no tener conocimiento ni resolución para manejarle!".
Filipo al principio calló; más habiendose repetido, lastimándose de ello muchas veces: "Increpas - le replicó- a los que tienen más años que tú, como si supieras o pudieras manejar mejor el caballo"
a lo que contestó:
"Este ya se ve que lo manejaré mejor que nadie". "Si no salieres con tu intento - continuó el padre- ¿cuál ha de ser la pena de tu temeridad?"

-"¡Por Zeus -dijo- , pagaré el precio del caballo!"

Echáronse a reír y convenidos en la cantidad, marchó al punto adonde estaba el caballo, tomóle por las riendas y volviéndole, le puso frente al sol, habiendo observado, según parece, que el caballo, por ver su sombra, que caía y se movía delante de sí, era por lo que se inquietaba. Pásole después la mano y le halagó por un momento, y viendo que tenía fuego y bríos, se quitó poco a poco la clámide, arrojándola al suelo, y de un salto montó en él sin dificultad. Tiró un poco al principio del freno, con las riendas en alto y sin castigarle ni aún tocarle le hizo estarse recogido. Cuando ya vio que no ofrecía riesgo, aunque hervía por correr, le dio rienda y le agitó usando de voz fuerte y aplicándole los talones. Filipo y los que con él estaban tuvieron al principio mucho cuidado y se quedaron en silencio; pero cuando después de doblar la meta, volvió directamente con facilidad y soltura, mostrándose ufano y alegre, todos los demás prorrumpieron en voces de aclamación. Más del padre se refiere que lloró de gozo, y que besándole en la cabeza luego que se apeó:

"Busca, hijo mío -le dijo- un reino igual a ti, porque en Macedonia no cabes"
Esto lo cuenta PLUTARCO en sus Vidas paralelas.
Alejandro cabalgó en él casi toda su vida, acompañandole en todas sus batallas, siendo probablemente el caballo más famoso de la historia.

No hay comentarios: