sábado, 10 de octubre de 2009

Medicina antigua

El texto médico más antiguo que existe es una tablilla cuneiforme mesopotámica, aunque los papiros médicos egipcios, por su extensión y detalle son los más completos que se conocen.



De las 30.000 tablillas cuneiformes descubiertas unas 800 tratan algún tema médico (una de ellas, es la primera receta conocida).



El nombre del primer cirujano conocido es Urlugaledin, sobre el 4000 a. c., cuyo sello personal muestra dos cuchillos rodeados de plantas medicinales.



Este sello se encuentra en el museo del Louvre de París.



La actividad de estos primeros médicos se conoce gracias a unas tablillas que datan del 2.100 a.c., y son el documento medico mas antiguo del mundo, de su contenido se desprende que eran especialistas en preparar remedios a base de hierbas y que para tratar las heridas, empleaban las tres técnicas fundamentales: el lavado, el vendado y la aplicación de ingredientes especiales.



El conocimiento que el a-shu ( medico ) tenia de estos últimos llama particularmente la atención, ya que algunos de estos medicamentos eran preparados calentando la resina de una planta o grasa animal con el álcali.



Con esta mezcla lograban desinfectar la herida.



Beroso, filósofo caldeo del siglo III a. C. recoge múltiples tradiciones escritas sobre Babilonia, principalmente de los archivos de Borsippa y llega a afirmar que desde que el dios Oannes enseñó al pueblo sumerio todo lo conocido sobre civilización, nada nuevo se ha inventado.



Esta sorprendente afirmación deja de parecer inverosimil, cuando se analizan las tablillas sumerias y se evidencia todo lo que la civilización mesopotámica desarrolló o invento varios miles de años antes de nuestra era.



Siendo conocido el uso del opio ya que en algunos cilindros babilonios y bajorrelieves mesopotámicos muestran cabezas de adormidera, con usos anestésicos además de los recreativos.



Otras sustancias empleadas desde antiguo con este fin son el extracto de Cannabis sativa, el enebro común, el acónito o la mandrágora.



Otra técnica de notable antigüedad es la de la sangría, o flebotomía, atestiguada en numerosas sociedades a lo largo de la historia mediante instrumentos cortantes o sanguijuelas.



En el Papiro Kahun se menciona la técnica de sangría empleada por algunos veterinarios egipcios.



Esta técnica se extendió con gran éxito en occidente, de modo que en el Renacimiento podían encontrarse Calendarios de Sangría, que recomendaban su utilización en momentos determinados del año.



Por otro lado la medicina egipcia data de alrededor del 2.900 a.c. y es tan antigua como la medicina tradicional china, el estudio de las prácticas médicas de la época de los faraones se basa en lo encontrado en los “papiros”.



La principal literatura egipcia está representada por los llamados Libros Herméticos del dios Thoth (identificado por los griegos con Hermes), buena parte de los cuales se han perdido.



Los papiros médicos son fragmentos de estos libros y son varios los disponibles en la actualidad y tal vez el más representativo es el llamado “Papiro de Ebers”, documento de 110 páginas que incluye 877 recetas y menciona unas 700 drogas.



Otro papiro de los nueve existentes es el quirúrgico de Edwin Smith, ligeramente anterior al Ebers, aunque ambos se ubican alrededor del 1.550 a.c.; más lógicamente escrito que el último, este texto, que comienza con el diagnóstico y tratamiento de las lesiones de la cabeza, llega sólo hasta las lesiones del hombro, pues está mutilado.



Vale la pena anotar que ambos papiros fueron encontrados al mismo tiempo y en el mismo lugar; los dos fueron comprados en 1862 por Smith, un aventurero, prestamista y anticuario, pero el de Ebers fue adquirido en Luxor, donde al parecer había sido encontrado entre las piernas de una momia, distrito de Assassif en la necrópolis de Theben.



Diez años más tarde fue comprado por George Ebers, egiptólogo y novelista, quién publicó una portada del documento con una introducción y un vocabulario inglés y latín; este investigador consideraba su papiro el cuarto libro de la colección de Hermés.



Aunque parece haber sido escrito en el noveno año del reinado de Amenothep, contiene un anacronismo histórico que lo situaría cerca de la primera dinastía, unos 3000 años a.c.



Ciertamente el papiro hace referencia a prácticas médicas anteriores a las de su escritura, que debió haber sido dictada por algún “Jefe de Farmacia”.



En aquellos tiempos había además recolectores de ciertas materias primas con acciones farmacológicas y también preparadores de fórmulas.



El papiro Eberds, tiene 839 párrafos, ordenados en forma casual.



Podríamos decir que los egipcios recomendaban un estilo de vida saludable, practicaron la cirugía y creían en los efectos mágicos de sus medicinas, que ayudaban a sacar del organismo los espíritus malévolos, por lo que los medicamentos debían ser ingeridos mientras se recitaba algún conjuro.



Los temas más tratados son los de las enfermedades del estómago, con especial referencia a los parasitos intestinales; los antiguos egipcios sufrían, al igual que ahora, de Bilharsiasis y de enfermedades de los ojos.



Los tratamientos han sido fáciles de identificar, no así los diagnósticos.



En los márgenes del documento se encuentran comentarios tales como “este es bueno”, o “a mi me ha dado buenos resultados”, tal y como hacen los médicos de hoy en día.



Los remedios egipcios van desde curar la mordedura de un cocodrilo hasta el dolor de una uña del pie, pasando por la erradicación de plagas de ratas, moscas y escorpiones.



Tiene una descripción sorpresivamente exacta del sistema circulatorio y anota la existencia de vasos sanguíneos que tienen su centro de distribución en el corazón.



El aceite de ricino era muy usado como purgante y también para combustible de las lámparas.


De los productos vegetales más importantes usados, podemos destacar los siguientes: La albahaca(para el corazón), la sábila (acíbar) o áloe, para los parásitos, la belladona para el insomnio y el dolor, el cardamomo como digestivo, la colchicina para reducir la inflamación del reumatismo, el ajo y la cebolla y según Heròdoto, los obreros que construyeron las pirámides consumían grandes cantidades de estos dos vegetales para obtener fuerza física, la miel, la mostaza y el anís, la menta, el apio, la mirra, el sen, el enebro y la linaza, amén de la hiel (o bilis) de diferentes animales, así como combinaciones de grasas de estos para combatir la calvicie.



Tambien se habla del molido de pene de asno para el tratamiento de la impotencia, es decir, como antiguo precursor del moderno Viagra.



Los remedios para las enfermedades de la piel se categorizan como irritativos, exfoliativos y exudativos.



Vamos a ver algunas curas concretas:

Para la diarrea: Un octavo de taza que contenga higos y uvas, pasta de pan, maíz, tierra fresca, cebolla y un tipo de fresa. (Aquí se nombra el maíz, cuando todos sabemos que es originario de America, por lo que, la traducción es muy mala, o alucinamos y los egipcios ya la habian descubierto).

Para la piel: cuando cae la costra, mezclar excremento de Escriba con leche fresca y aplicar.(excremento de Escriba, ¿? mala traducción de nuevo o era otra cosa que llamaban así).

Para la indigestión: macerado de dientes de cerdo, revuelto en cuatro tortas de azúcar, comer por cuatro días.



Yo creo que las traducciones dejan mucho que desear y que el jeroglifico aun no se traduce bien, sino ver en cuálquier página dedicada a los antiguos Egipcios las traducciones que hacen.



El papiro Edwin Smith es un documento, algo menos conocido que el de Ebers, datado sobre el año 1600 a. C. y es un manual de cirugía traumática de sorprendente calidad para la época.



En el podemos leer un diagnóstico interesante tras un traumatismo craneoencefálico:

"Si visitas a un hombre con una herida profunda en la cabeza debes palparla, incluso aunque el enfermo tiemble intensamente. Pídele que levante la cabeza y observa si le duele al abrir la boca y si el corazón le late débilmente. Observa si tiene saliva alrededor de la boca y si gotea o no, y si sangra por la nariz y los oídos, y si tiene el cuello rígido, o no puede mover la cabeza a los lados".


En el anexo final se describe con detalle como tratar una dislocación de mandíbula, y las exhaustivas descripciones anatómicas, cuyo posible origen esté en las depuradas técnicas del embalsamamiento, y no serán superadas hasta muchos siglos más tarde.



El historiador médico Lyons dice en su libro, de los egipcios “su farmacopea era amplia”, y Dioscòrides, Galeno y Plinio describen posteriormente muchos de ellos, tambien fueron los primeros en importar materias primas,



Se sabe que importaban azafrán y salvia de Creta, canela de China, perfumes y especias de Arabia y Abisinia (hoy Etiopía), madera de sándalo, gomas y antimonio.



Entre los minerales usaban mucho el antimonio y el cobre, entre otros, tambien las pinturas que usaban las mujeres para maquillarse los ojos tenían una elevada concentración de antimonio, sustancia que en el Renacimiento llegó a tener una gran importancia farmacológica.



Entre estas pinturas, las de color verde contenían sales de cobre, curiosamente como las que se usan hoy día para el tratamiento del tracoma, enfermedad ocular muy común en Egipto desde tiempos milenarios.

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