miércoles, 9 de diciembre de 2009

Perfumes

Los perfumes fueron considerados como grandes remedios por los hombres ante las epidemias que asolaron Europa, incluso fueron usados con carácter mágico.

Siendo, por ejemplo, las fumigaciones aromáticas un remedio muy utilizado para combatir la peste.

Además de "pomas" o "bujetas", llamadas también "manzanas de almizcle", y que eran unas bolsas huecas que se llevaban colgadas con una cadenita, conteniendo sustancias de un fuerte olor, almizcle, jugo de cebolleta o ámbar.

Estos perfumes eran comercializados en forma de pasta, así todo aquel que temía contagiarse las llevaba encima y las olia continuamente, no servía para nada, aunque eso si, daba más tranquilidad a los que los portaban.

Y en Francia el médico de Luis XIII, Charles Delonn, ideó un curioso vestido para los médicos que tuvieran contacto con los enfermos de peste, consistente en ropas de cuero en marroquín flexible y máscaras dotadas de un largo pico, pico en el que se introducían perfumes y hojas aromáticas, protegiendo los ojos con una lamina de cristal y recomendando el uso de una varita para evitar el contacto directo con los pacientes.

Asimismo se recomendaba a los "cuervos", o sea los encargados de transportar los cadáveres, que fumaran en pipa, para así ahuyentar el aire viciado.

Por otra parte el Cardenal de Armagnac, en sus "Consejos y remedios soberanos para protegerse de la peste", aconsejaba:

"También es bueno llevar siempre encima perfumes, en los guantes, la camisa, el cabello o la barba. Llevar alguna almohadilla olorosa al cuello o bien padrenuestros [rosarios], manejarlos y olerlos frecuentemente..."

"Los ricos usarán a menudo perfumes en sus casas, los mejores que podrán encontrar. Los pobres se aprovisionarán de hojas y troncos de laurel, de romero, de enebro y ciprés, y tan a menudo como puedan los quemarán en las habitaciones, principalmente por la mañana y por la noche."

En cuanto a las casas se realizaban los "perfumados", que consistían en quemar durante lo que duraba un padrenuestro y un avemaría, perfumes "dulces" que solían ser por lo general, áloe, terebinto, incienso, mirra, conservas de rosas o flores aromáticas, con todo bien cerrado y sin moradores.

Pese a la brevedad de la operación, provocaba rápidamente la asfixia.

Y ya en el siglo XVII, para desinfectar el aire viciado de las casas, se añadió; azufre, arsénico, antimonio, vinagre y pólvora, contando para ello con los llamados "maestros desinfectadores" que gozaban de cierta reputación por los peligros que entrañaba su profesión, siendo por tanto, el "perfumado" mucho más corriente.

En cuanto a la peste, tenéis más información en este espléndido post de Historias de nuestra historia.

2 comentarios:

Nikkita dijo...

Realizaban perfumados, recomendaban llevar la pasta olorosa... pero la higiene brillaba por su ausencia. Me parece dantesca la imagen de los cuervos transportando cadáveres, vaya trajecito que idearon!
Muchos besos

felix dijo...

Odoagro...

En primer lugar, muchas gracias por tus palabras.
Sobre el tema que abordas con brillantez, hay que ver como se las gastaban. No deja de ser curioso que pensaran que con los buenos olores ahuyentaban las enfermedades. Lo has documentado muy bien, y has aportado detalles que desconocía. Excelente post, amigo.

Un fuerte abrazo.