domingo, 24 de mayo de 2009

Sueños

Muchas veces me encuentro en esta situación, en este mismo sueño.

Un sueño que me hace pensar, reflexionar.

Yo me acurruco en el suelo, que lleno de hojas secas y ramas muertas hasta despertarme.
Es un sitio perfecto para aislarme.
Algunas veces escucho a mi alrededor, sonidos de respiraciones fuertes y gruñidos de dolor, me pregunto si hay alguien más, si hay alguien como yo, alguien que viene aquí a soñar, a estar solo.

A ciegas, y sin pensarlo, me dirijo al montón de hojas de siempre.

Me da la impresión de que ya se han amoldado a mi cuerpo, puedo notar la forma que adopta mi cuerpo al acurrucarse.

Otra vez gruñidos, y respiraciones.

Hoy hay un sonido más, este hace que mi corazón palpite con fuerza.

Pasos.

Firmes, pero a la vez descontrolados.

Hace más ruido del que quiere.

Su respiración cada vez es más fuerte.

Los pasos se detienen.

Y al parar, mi corazón se acelera.
Noto su presencia detrás de mi, giro la cabeza y me lo encuentro ahí, de pie.
Un hombre alto, muy alto. Mis ojos buscan su cara, y en ella me topo con los suyos, llenos de lágrimas que no
han sido lloradas en el momento oportuno.

En mi mente, una pregunta. ¿Quién es este hombre?
De repente, su cara dibuja un gesto de dificultad.
Abre la boca. Y cuando encuentra las palabras, habla.

- Hace tiempo que te observo, y he visto que por las mañanas, antes de que el sol alcance tu piel, te vas.-

Lo dice rápido, sin pestañear, como si recitara.

- Me despierto, acaso ¿Tu no?

Al oír mi respuesta su cara vuelve a cambiar, esta vez adquiere un gesto de incomprensión.

-Yo ya estoy despierto, responde.

- Esto es un sueño, ¡Como vas a estar despierto!.

- ¿Y tu como sabes que esto es un sueño?.

- Pues porque me fui a dormir, estoy soñando y ahora, en 10 minutos me voy a despertar.

- En 10 minutos empezarás a soñar.

Entonces el despertador sonó.

Ahora era yo el que tenía un gesto de incomprensión en la cara... ¿Qué quería decir?

Los primeros rayos de la mañana, se abrían paso a través de los agujeros de las persianas clavandose en mi piel y haciéndola brillar.

Abrí los ojos lentamente y en mi mente continuaban las palabras de aquel hombre, aunque yo no conseguía relacionarlas con nada lógico.

De camino al trabajo, seguía pensando en él.

Era imposible lo que decía, (¿habría yo interpretado bien sus palabras?).

"Lo que yo creo que son mis sueños no puede ser mi vida real, o lo que yo creo que es mi vida, no puede ser un sueño", ¿o sí?.

Pero... ¿Cómo diferenciar entre lo que sueño y lo que vivo? A lo mejor, lo que sueño es la vida real, y lo que vivo tan solo un sueño...

Y tu, ¿Qué crees?

No hay comentarios: