Y la gran cantidad de desodorantes que hay hoy en día, demuestra que el problema sigue ahí, incluso más extendido a causa de la estrechez de los vestidos y prendas interiores, mención aparte el uso de bragas, siendo las primeras para la mujer datadas en el siglo XVI, de modo que es la principal causa del problema, ya que las secreciones vaginales se transforman en materias químicas con un olor aún más desagradable.
Ya en el siglo V, Hipócrates recetaba a menudo fumigaciones de los órganos sexuales femeninos, así como inyecciones vaginales de ciertas soluciones para tratar las emanaciones vaginales poniendo énfasis en el flujo blanco, o flores blancas, como las llamaba, que en aquella época afectaban a muchas mujeres agravando aún más los malos olores.
En sus tratados, "Las enfermedades de la mujer" y "De la naturaleza de la mujer", se hallan numerosas descripciones de como tratar el problema.

Siendo frecuentes las fumigaciones con excrementos.
Y así utiliza: "orina vieja y escoria de hierro flexible ¿?, que pueda dividirse con facilidad", con estos ingredientes aconseja, colocar a la mujer en un asiento, taparla de la cabeza a los pies, poniendo un vaso con los orines entre ellos y echar dos o tres trozos de escoria al rojo vivo, continuando la fumigación hasta que se han echado unos 30 pedazos de escoria.
También utilizaba fumigaciones de pelo de asno y excremento de lobo, que se debían echar sobre unos carbones, "estando la mujer sentada y bien tapada, pero teniendo cuidado de no abrasarla".
Siendo las fumigaciones con excrementos de vaca, casi una panacea.
Y los árabes en sus tratados también se hacen eco del problema.
Así si la mujer quiere eliminar los malos olores, tiene que hervir mirra roja, pasarla por un cedazo, amasar el polvo resultante con agua de mirto y friccionar las partes vaginales con el liquido, asegurando que este remedio hace desaparecer todas las emanaciones desagradables de la vagina.
Otro remedio es hervir lavanda con agua de rosas moscadas, una vez echo esto se empapa un trapo de lana y se frota la vulva, hasta que se ponga caliente, ¿?.
Y también aconsejan fumigaciones de la vagina con los excrementos de vaca.
Para el mal olor de las axilas se aconseja, pulverizar en un mortero antimonio y almáciga, añadiendo agua hasta el borde, hasta que la solución se ponga roja, una vez conseguido se frotaran las axilas con la mezcla y el mal olor desaparecerá y si se desea eliminarlo radicalmente se aplicará esta mezcla varias veces.
Otro remedio consiste en mezclar antimonio y almáciga pulverizados en un caldero sobre fuego lento, haciendo fundir la masa hasta que tome la consistencia del pan, entonces hay que quitar la película que se forma frotando con una piedra, frotando las axilas con esta mezcla y el mal olor desaparece casi por ensalmo.
Se recomienda no hacer uso de estas recetas, hoy en día hay miles de productos para ello.