domingo, 22 de noviembre de 2009

El señor de los bucles

Arabia tiene una extensión de unos 3 millones de metros cuadrados aunque en más de su 9ª parte es estéril.


La 10ª parte es fertil y se halla al sur, especialmente Yemen (país dichoso), lo romanos la llamaron Arabia Felis y allí se cree que estaba el reino de Saba.


Esta parte de Arabia ha sido cristianizada varias veces y otras tantas descristianizada, siendo san Bartolome el evangelizador del Yemen pasando después a Abisinia.


Pues bien sobre el 523 d.c., el soberano de Himayr (Yemen), era Dhu Nuwas o como es conocido "el señor de los bucles", y profesaba el judaísmo, por lo que decide que todos sus súbditos están obligados a adorar al mismo dios que él.


Cosa que hacen, al fin y al cabo, no serian súbditos si no se sometieran a su rey, pero, el señor de los bucles no se siente satisfecho y desea que todos los pueblos vecinos se conviertan también.


Y al norte, los vecinos, son los árabes del oasis de Nedjran y son cristianos, así que el señor de los bucles les invita a adorar al mismo dios que él.


Nedjran es una zona de tierra fertil que se encuentra al borde del desierto Rub'Al Khali de unos 800.000 Km2, de arena y piedras y unido a otro desierto el Bakr-Billa-Ma, o "mar sin agua".


Y al estar situada en un lugar privilegiado, las caravanas que atraviesan Arabia se cruzan allí, a causa de ello los árabes del oasis de Nedjran, eran bastante ricos.


Por ello a la invitación del señor de los bucles, responden con la cortesía que se debe a un rey, aunque con firmeza le señalan que ellos aman al dios que tienen, por lo que no desean cambiarlo o abandonarlo por otro.


Al rey, por supuesto no le gustó la contestación y empezó a buscar una oportunidad para castigar a aquellos insolentes.


Y esta no tardó en aparecer, pues dos niños judíos fueron asesinados en Nedjran y el padre fue a quejarse al rey, el señor de los bucles se dirigió de nuevo a los cristianos de Nedjran prometiendo perdonar a los asesinos si la población adoptaba el judaísmo y que no había otra manera de obtener el perdón.


No se sabia quien cometió los asesinatos, pero aunque se le hubiera cogido, el asunto no se habría solucionado, pues según la ley del clan que era la que imperaba en esos tiempos, el individuo no existía ni desde el punto de vista penal ni del civil, por lo que el individuo no era responsable ni del bien ni del mal que hacia, lo era el clan, el cual debía responder de los crímenes o deudas de las personas que pertenecían a él.


Así que, según la ley y de eso se valía el señor de los bucles, toda la población de Nedjran era culpable y debía ser juzgada y castigada.


Para aquellos árabes que seguían los códigos del desierto, era justo que la acusación recayera sobre todos, lo que no era justo y el señor de los bucles lo sabia, era el precio que exigía por la sangre derramada.


Pues la "Diya" o sea el precio de sangre, estaba perfectamente establecido, ya que todos en el desierto sabían que el precio de una vida, era, muerte por muerte, hombre por hombre y niño por niño, por eso el precio que exigía el señor de los bucles era absurdo y los cristianos de Nedjran se negaron a pagarlo.


La negativa encantó al señor de los bucles y ni corto ni perezoso, movilizó a su ejercito y a traición tomó Nedjran.


Reunió al pueblo en el marbad, la plaza en el centro del pueblo y donde paraban las caravanas a su paso por él, hombres, ancianos, mujeres, niños, esclavos, a todos, entonces el señor de los bucles les preguntó si preferían morir o hacerse judíos.


A lo que todos respondieron que deseaban permanecer fieles a su dios hasta el fin de sus vidas.


El señor de los bucles, ante esto mandó cavar en el marbad, fosas profundas y cuando las fosas fueron acabadas mandó llenarlas de leña y encenderla, cuando las llamas se hicieron lo suficientemente altas, el señor de los bucles, les preguntó de nuevo si querían cambiar de dios, pues, de lo contrario serian quemados vivos.


Todos se negaron y los hombres uno a uno fueron arrojados al fondo de las fosas que ardían furiosamente, incluso el cadáver del obispo de Nedjran, Pablo de Nedjran, fue desenterrado y sus huesos quemados, pues los muertos también debian ser castigados.


Aretas el líder de la ciudad, fue decapitado en presencia de su familia y su cuerpo arrojado a la llamas, a su esposa, Rhuma, le dijeron que si no cambiaba de dios sus hijas serian degolladas, Rhuma no cedió y sus dos hijas fueron decapitadas en su presencia obligandole a beber la sangre que manaba, tras lo cual fue también decapitada y quemada en la pira.

Testigos de la matanza contaron lo que vieron al emperador de Bizancio, por aquel entonces Justiniano I, éste respondió:


"Mi país está lejos del vuestro y todo lo que puedo hacer es escribir una carta en favor vuestro al Negus, vuestro vecino, que es también cristiano.


Otros se dirigieron directamente al Negus, Emperador de Abisinia, éste escribió a Justiniano pidiéndole naves para pasar con su ejercito a Arabia.


Bizancio mandó 700 barcos en los que 700.000 hombres del ejercito del Negus cruzaron el estrecho de Bab-el-Mandeh o "la puerta de los llantos", llamado así por la cantidad de naves hundidas en sus aguas.


Las crónicas de la época hablan de entre 5.000 y 20.000 personas quemadas vivas, antes que abandonar su fe y la ciudad fue llamada Madinat-al-Ukhdud, "ciudad de las fosas".


Cien años después Mahoma conservará vivo el crimen para la posteridad, pues en el Corán está escrito:


SURA LXXXV

4.- Perezcan (malditos sean) los dueños del foso.

8.- No les han atormentado nada más que porque estos creían en dios .....

2 comentarios:

Nikkita dijo...

Cómo acabó el señor de los bucles?, es tremenda la historia!, espero que le dieran su merecido :).
Besos

odoagro dijo...

Por supuesto que le dieron su merecido, aunque no quería acabar la historia con su muerte, pero bueno, murió en combate contra las tropas del Negus.



Un saludo.