lunes, 16 de noviembre de 2009

El año egipcio

El calendario egipcio surgió a principios del tercer milenio antes de Cristo y es el primer calendario solar conocido de la Historia.


Estaba en pleno uso en tiempos de Shepseskaf, faraón de la dinastía IV.


En los Textos de las Pirámides ya se menciona la existencia de los días epagómenos.


El papiro Rhind es el primer texto egipcio que menciona los 365 días del año.



"Los egipcios fueron los primeros de todos los hombres que descubrieron el año, y decían que esto lo hallaron a partir de los astros".

Heródoto.




Al principio, en la civilización egipcia el año constaba de tan solo 360 días.


Y los griegos, curiosos como eran contaban la siguiente leyenda:


Geb, la tierra y Nut, el cielo, se amaban tan estrechamente que no dejaban espacio entre ellos.


Por lo que la situación enfureció a Atum, el primer dios que tomo forma y "aquel que vino a la vida por si mismo", señor de Heliópolis, abuelo de Nut y Geb, ordenando a su hijo Shu, dios del aire, y padre de ambos, que los separase.


Shu se colocó sobre Geb, sosteniendo al mismo tiempo la cabeza de Nut, de tal forma que no pudieran tocarse, pero ya era tarde pues Nut, estaba embarazada.


Atum, más irritado si cabe al saber la noticia, prohibió a Nut dar a luz en cualquiera de los 360 días que componian el año.


En esto Thout, dios de la sabiduría y también hijo de Atum, decide ayudar a Nut, por lo que desafía a la Luna a una partida de ajedrez, pidiendo tiempo, cada vez que venciese.


De esta forma, Thout ganó a la Luna los cinco días epagómenos, que era el nombre griego de los cinco días añadidos al ciclo de 360 jornadas para completar el año solar de 365 días, en los que Nut pudo concebir en cada uno de ellos a Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis.


Esos días eran denominados por los antiguos egipcios heru renpet «los que están por encima del año», también eran conocidos como mesut necheru «del nacimiento de los dioses», pues se festejaba el nacimiento de cinco deidades egipcias: Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis.


Y desde entonces el año egipcio paso a ser de 365 días.


Ahora bien por lo que sabemos, los egipcios tenían diferentes calendarios, pero el que nos interesa es el llamado sótico.


Y en primer lugar debemos saber que la tierra tarda unos 365,25636 días en dar la vuelta al sol.


Si los antiguos egipcios utilizaban un calendario de 12 meses, cada uno compuesto por 30 días., tenemos un año de 360 días, luego algo falla.


Pues sí, entonces los egipcios, agregaron 5 días más a cada año y uno cada cuatro, exactamente como hacemos hoy en día.


Pero, entonces les quedaba una diferencia de 0.00636 de día, cada año, por lo que optaron por agregar un día extra cada 157, 314, 471 y 629 años, cosa que hacían y nosotros no hacemos, por lo que tenían un calendario mas exacto que el nuestro.


Esto es debido a que el calendario (Juliano) para el Imperio que encargó Julio Cesar al astrónomo Sosigenes, en el año 48 a.c., no tiene en cuenta que el año dura un poco más de 365,25.


Por lo que en el 1582 d.c. se instauró el calendario Gregoriano para corregir el error pero aún así cada 3.000 años se pierde casi un día.


Gregorio XIII , notó que el calendario juliano se "retrasaba" 1 día cada 128 años y para tratar de adaptar el calendario al año solar, adoptó las siguientes reformas:


Adelantó diez días el calendario para que el día martes cinco del mes de octubre del año 1582 pasará a ser, viernes quince de octubre del mismo año, dando paso así a la fecha inicial de nuestro actual calendario, como también el comienzo de la era actual.


Además reglamentó el calculo de los años bisiestos.


Concluyendo que un año es bisiesto si las dos cifras finales de sus cuatro dígitos son divisibles por cuatro, pero no cuando las dos cifras son igual a cero, excepto si las cuatro cifras del año son divisibles por 400.


De esta forma, minimizó el error, dejándolo solo en 26 segundos por año.

1 comentario:

Nikkita dijo...

No hay como los griegos para contar leyendas, me faltaban muchos detalles de la historia del calendario.
Un saludo