martes, 19 de junio de 2012

PORCIA CATONIS



Porcia Catonis era hija de Marco Porcio Catón Uticencis, y de su primera esposa Atilia, de la que se divorcio por adulterio, se supone que con Julio Cesar.

Su padre la casó con uno de sus aliados políticos, Marco Calpurnio Bíbulo.

Unos años después el anciano Quinto Hortensio, pidió la mano de Porcia, pero Bíbulo no estuvo dispuesto a divorciarse de ella.

Hortensio solo la quería para que engendrara un hijo suyo y devolvérsela a Bíbulo una vez que hubiera dado a luz.

Al no querer divorciarse Bíbulo de Porcia, Catón se divorció de su segunda mujer, Marcia, para dársela a Hortensio, volviéndose a casar con ella cuando ésta enviudó y de esta manera engordó un poco más su patrimonio.

Años más tarde Bíbulo aliado de Pompeyo contra Cesar, muere tras la derrota de Pompeyo.

Dos años después Catón se suicida tras ser derrotado en la Batalla de Tapso, quedando Porcia viuda y huerfana.

Al tiempo su primo carnal, Marco Junio Bruto, se divorcia de su esposa, Claudia Pulcra, para casarse con ella.

Este divorcio fue un escándalo, ya que el nuevo matrimonio no fue muy bien recibido por algunos, incluida la madre de Bruto, Servilia Cepionis, amante de Cesar, y que parecía estar celosa del cariño que Bruto sentía hacia Porcia.
El suicidio de Porcia

Afortunadamente, el partido pompeyano apoyó el matrimonio, y, hay que decir que Porcia le fue muy fiel a Bruto, pues parece ser que estaba profundamente enamorada de él desde hacia tiempo.

Cuenta la historia que Porcia encontró a Bruto reflexionando sobre que hacer con Cesar y le preguntó que ocurría, Bruto no le contestó y ella pensó que desconfiaba de ella por ser mujer y como si tuviera miedo de que revelara algo si la sometieran a tortura.

Así que decidió ponerse ella misma a prueba, se infligió una herida con un cuchillo de barbero para ver si podía resistir el dolor.

A consecuencia de la herida sufrió grandes dolores, fiebres y escalofríos y cuando se sobrepuso, volviéndose a Bruto le dijo:

"Tú, mi esposo, aunque confiaste en que mi espíritu no te traicionaría, no obstante desconfiaste de mi cuerpo, y tus sentimientos no fueron más que humanos. Pero yo comprendí que mi cuerpo puede guardar silencio... Por tanto no temas, y dime todo lo que ocultas de mí, porque ni el fuego, ni el látigo, ni los dioses me podrán forzar a decir una palabra; no nací hasta ese punto mujer. Por ello, si aún desconfías de mí, es mejor para mí morir que vivir; de lo contrario no permitas que nadie piense más en mí como la hija de Catón o como tu esposa"

Con ello evidenciaba que, del mismo modo que soportaba el dolor de la mutilación, podía guardar silencio.

Bruto al oír ésto y viendo la profunda herida, nunca más le ocultó nada, relatándole el complot.

Siendo Porcia la única mujer al tanto de la conspiración.

Tras el suicidio de Bruto (lanzándose contra su propia espada), Porcia se suicidó ingiriendo ascuas ardientes.

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