martes, 11 de agosto de 2009

Piercing o Pirsin

Una perforación o piercing es una abertura en el cuerpo humano para colocar un pendiente.

Resulta imposible establecer en que momento exacto apareció el anillado corporal o piercing en la historia de la humanidad lo cierto es que su origen es tan antiguo como la misma piel.

En el Antiguo Egipto se utilizaban aros y pendientes desde la más temprana época.

Sin embargo, algunos lugares del cuerpo estaban restringidos según el status social.

Así el ombligo anillado era un signo de la antigua realeza egipcia y prohibido a todos aquellos que no fuesen nobles siendo ejecutados quienes se atreviesen a perforarlo sin serlo, además los ombligos muy profundos eran los más apreciados.

Y en la antigua Roma, los centuriones y generales llevaban aros en los pezones como muestra de su virilidad y coraje así como un accesorio de sus vestimentas ya que les permitían colgar en ellos las cortas capas que usaban.

Se dice que varios personajes importantes de la historia romana, como Julio César, poseían estas decoraciones.

Además los gladiadores solían perforarse la cabeza del pene e insertarse un pequeño aro, por el que pasaban una cuerda o cinta, sujetando de esta manera el pene fuertemente al cuerpo, para así disminuir el riesgo de "accidentes" en las contiendas.

Quizás, los más adelantados en tiempo a la hora de perforar, eran los mayas; quienes se perforaban el labio, la nariz y las orejas con joyas.

Los marinos y piratas acostumbraban a ponerse un aro en la oreja cada vez que cruzaban el Ecuador, generalmente en su oreja derecha y una tradición indicaba que todo el que encontrara el cadáver de un hombre de mar podría quedarse con el aro de oro sólo si le daba sepultura cristiana, y si la persona se quedaba con el aro sin haber enterrado el cuerpo, el espíritu del infortunado navegante lo atormentaría por el resto de su vida.

También algunas comunidades religiosas han usado el anillado genital, por ejemplo, los pertenecientes a la Orden de los Carmelitos de la Santa Faz, cómo método de castidad y de expiación de la culpa.

En el s.XVII creían que ponerse una tira de metal en la oreja tenía propiedades terapéuticas y que si la llevaban en el lado izquierdo el demonio no entraría en sus cuerpos.

También entre las chicas de la alta sociedad victoriana fue bastante común llevar aros en los pezones y lo hacían para realzar el volumen de sus pezones y ser mas atractivas.

Es de todos bien sabido que en la India muchas mujeres han sido anilladas en la nariz desde muy pequeñas.

Esta tradición la suelen llevar a cabo las abuelas, que deben anillar a sus nietas antes de que se casen.

Se piensa que originalmente se hacia como signo de sumisión y devoción de la mujer hacia su marido.

Y para algunos árabes el día que llegan a la edad adulta es un gran orgullo, por ello, preparan una gran fiesta a modo de "rito de paso" y uno de los regalos que le van a hacer será un pendiente, concretamente un aro que se le colocará al joven durante la ceremonia, en el lado izquierdo del escroto, entre los testículos y la base del pene.

Existe la creencia de que así, los testículos no podrán volver a subir al sitio de dónde descendieron durante la infancia.

El Hafada, que así es cómo se llama este piercing, da evidencia de que el joven es a partir de ahora y para siempre un hombre. Algunos árabes ricos ponen eventualmente en su Hafada pendientes con piedras preciosas.

Algunos legionarios franceses volvieron del Norte de África con estos adornos en sus genitales, normalmente en el lado izquierdo aunque algunos en ambos.

En la actualidad sigue siendo todavía una práctica muy común entre los nativos del Sur del Pacífico un piercing llamado Guiche.

Se suele realizar durante la pubertad, a través del perineo o la zona que se encuentra entre el ano y el escroto, tras practicar una inserción en la zona es colocada una tira realizada con piel.

El Guiche es considerado uno de los piercings más eróticos y muchos aseguran que puede intensificar los orgasmos si se presiona ligeramente cuando se tiene uno.

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