lunes, 19 de octubre de 2009

Pequeña historia

Colgando de un hilo la luna llena iluminaba la primera noche de invierno, hacia frío y mi abrigo no era suficiente, allí en la parada del bus, tiritando, seguía de pie, esperándola.....


Desde bien pequeña, me enseñaron a estar bonita. Siempre elegante, con una sonrisa eterna. Nunca pregunté el porque, me daba vergüenza, pero hoy a pesar del frío, quería estarlo, tenía una cita y..........llegaba tarde. ..aunque creo que le haré esperar un poco más, pero...y si cuando llegue ya se ha ido? y si piensa que soy solamente otra chica superficial por haber sido mi imagen la causa de mi tardanza? miró el reloj, ¡Dios que tarde era!., mientras las manecillas devoraban el tiempo. - ¿Quizá se ha arrepentido? pensó...


Y refugiándose en la marquesina, mentalmente le dio media hora más.
La media hora pasó, bueno mucho más de media hora, así que aterido de frío, se volvió a casa, cabizbajo y algo mosqueado, aunque para sí se decía, ¿igual le ha pasado algo?, todo menos reconocer que en la primera cita con una chica, esta le había dejado plantado.
Apesadumbrado introdujo la llave en la cerradura, buscó algo de comer en la nevera, ¡que vacía estaba!, .-mañana compraré algo, se dijo.....y cogiendo un triste huevo que le quedaba, se hizo un revuelto.
Recogió la mesa, mientras en la cabeza, le daba vueltas a que no tenia ningún dato de ella, se conectó a internet, no sin pensar, que tenia miles de amigos virtuales, pero que no obstante estaba solo, al cabo de un rato aburrido, se acostó.
Su sueño se pobló de pesadillas y en ellas siempre perdió él, así que a la mañana siguiente, cansado y con ojeras, dejó su orgullo colgado detrás de la puerta y salió a desayunar, camino al trabajo.


Algo más de media hora más tarde de la convenida se escuchaban acercarse hacia la solitaria parada del bus el sonido de unos tacones. Cualquiera que escuchara ese sonido diría que la dueña de esos zapatos caminaba nerviosa, temerosa de no encontrar algo que buscaba...de repente el taconeo se paró en seco y poco después unos sensuales ojos cargados de un rimel que no podía disimular esa mirada sombría comenzaban a buscar incansablemente por los alrededores del lugar donde se encontraban. Esta vez los tacones sonaron tímida y lentamente para llevar a su dueña al asiento de la parada, donde tomó asiento pensativa. Aunque no hablaba, podían escucharse sus reflexiones: ¿Habrá venido y se iría cansado de esperarme, o ni siquiera se presentó? Poco después tomó un taxi que la llevó a la puerta de su casa, que tardó en abrirse ya que su dueña tenía los ojos empañados en lágrimas y no podía atinar con la cerradura. ¿Eran lágrimas de rabia por haber llegado tarde, o quizás de humillación porque un hombre le había dado plantón en la primera cita? Una vez cruzó el arco de la puerta los zapatos rojos de tacón alto fueron lanzados con fuerza hacia un rincón, donde quedaron volteados. Mientras tanto ella se dirigió a la nevera, para acabar en el sofá junto a una enorme tarrina de helado y a una montaña de pañuelos arrugados de papel. Por fin el sueño venció su frustración y se fue a la cama. A la mañana siguiente no tenía que trabajar, ya que había cambiado el turno a su compañera por si la noche anterior se alargaba, pero se levantó temprano y decidió desayunar fuera, justo en la cafetería de la zona de oficinas. Pidió un café con tostadas, y mientras esperaba su desayuno encontró en su bolso una foto tamaño carnet que le había enviado una persona que no había visto en su vida y a la que tenía que haberlo hecho la noche anterior. Mientras saboreaba el humeante café, apareció por la puerta un rostro masculino que le resultaba familiar. Abrió de nuevo su bolso para volver a mirar la foto... ¡era él!.

Decidió entrar en la cafetería que quedaba en la zona de oficinas, aunque no era su sitio preferido, sin saber que su corazón era el que guiaba sus pasos, de reojo se fijó en una chica sentada sola, mientras se acercaba a la barra, se dio cuenta que ella buscaba algo en su bolso, entonces se dio cuenta.....
-¡Hostia!, si es.....y se percató que no sabia ni su nombre.
Su mente trabajó en segundos a la velocidad de la luz...¿me acerco?, ¿paso?........ufffffffff ¿que hago?.
Y antes de responderse ya estaba plantado enfrente de ella, diciéndole:
¿Hola, soy Andrés, te acuerdas de mi?
Ella por un momento, pareció sorprendida.
Y de sus labios perfectos salieron estas palabras:
- ¡Oye, mira, no te conozco de nada, además estoy esperando a mi novio¡
Si el día empezó mal, ahora estaba destrozado, lentamente se dio media vuelta y salió del local, sin nisiquiera percatarse de que el camarero le llamaba, colgó sus manos en los bolsillos y caminó despacio hacia el trabajo, en su interior ya tenia claro que aquella chica no era para él, aunque seguía sin saber porqué le había dado plantón y ahora le hacia una cicatriz en su autoestima, cuando él había visto la foto que le había enviado y que ella intentó guardar apresuradamente..
Hundió un poco más la cabeza en sus hombros y se dispuso a pasar un día de trabajo muy largo.
Pasó todo el día repasando lo sucedido, al final lo clasificó todo en compartimentos y lo enterró en lo más hondo de su cerebro, sabía que en un par de días, aquello sería agua pasada o eso creia.
Caminó desganado, compró algo en el supermercado de abajo, dejó las llaves en el recibidor y se dispuso a darse una reconfortante ducha, estaba enjabonandose la cabeza cuando sonó el móvil.
¡joder...parece que lo hagan a proposito!
-¡dime!
-¡hey nano, que tal tu cibercita!.¿quieres que nos tomemos unas birras?
- ¡De cine, no veas que pibón, tío!. Ok, de acuerdo, nos vemos dentro de un rato.
Hay que ver lo fantasmas que somos los tíos, pensó, acabó de asearse, se puso sus boxers, se ajustó los vaqueros rotos, encerró sus pies en piel, pilló una camiseta que cubrió con un sueter y se puso la cazadora desgastada que tanto le gustaba, una vez "uniformado" salió a la calle oliendo a Hugo Boss.
Montó en su vieja Harley, a sus 32, soltero y con un empleo que aunque no era el que habia soñado, se permitía ciertos "caprichos".
El casco parecía devorar las luces, cuando de repente una masa de metal se interpuso en su camino, su cuerpo en un gracioso escorzo dibujó el aire, para acabar aplastado en el asfalto, oyó gritos y la gente se arremolinó a su alrededor, antes de perder el conocimiento creyó verla allí.
Mareado, despertó en la habitación de algún hospital, un collarín abrazaba su cuello, las muñecas vendadas y un gotero prendido en el brazo, tenia un intenso dolor de cabeza que adornaba con un aparatoso vendaje a modo de turbante, su pierna izquierda pendía escayolada de una polea y aparte de una bata azul, no llevaba nada más cubriendo su magullado cuerpo.
-¡hola, mamá!.
-¡hola, hijo!, ¡que susto me has dado!.
-lo siento, mami, pero ya sabes que tengo la cabeza dura.
-yo lo creo hijo mio, ya lo creo.
Sonrió y vio que ella se relajaba.
-Buenos días, ¿como tenemos al accidentado?
Quien así hablaba era el doctor, que acababa de entrar en la habitación.
- Hummm no sé, aparte de estar algo mareado, me duele la cabeza, .....(por lo demás estoy como una rosa, no te jode, pensé).
- Bien, bien, buena señal, mira tienes una ligera conmoción cerebral, ya puedes agradecer el llevar el casco puesto, un esguince cervical, que es lo que te produce mareo y dolor de cabeza, tienes las dos muñecas dislocadas, lo más seguro que de amortiguar el golpe y el fémur roto por dos sitios, así que has tenido mucha suerte, podría haber sido peor.
Ahora resulta que había tenido "mucha" suerte, con un par y tan pancho, mucha suerte es que me toque la primitiva, esto es una putada., no quiero ni pensar que opina este tío de la mala suerte, mejor no le pregunto.
-Pues vale, doctor, recojo mis cosas y me voy a jugar al fútbol, le dije.
-jajajajaja, me temo que para eso, pasará un tiempo, antes tendrás que esperar a que el fémur suelde bien, para ello te hemos colocado una férula, por lo demás no te preocupes, en unos días pasaran las molestias.
Este tío era una tralla, si no podía ni cogérmela para mear.
-¿gracias, por todo doctor! le dijo mi madre.
- No hay de qué, señora, solo hacemos nuestro trabajo.
Y salió de la habitación, si decirme cuanto tiempo iba a estar postrado allí.
- Bueno mamá, ya has escuchado al médico, así que no te vas a pasar todo el santo día metida aquí y menos por la noche, hay enfermeras que cuidarán de mí, así que descansa y sigue con tu vida, que yo estoy bien.
- De acuerdo hijo, no te molestaré con cosas de viejas, pero no creas que vas a librarte tan fácilmente de mí, ¡por cierto!, hijo, ahora que me acuerdo, esta tarde vendrá a verte la chica del accidente, ¿sabes?, me ha contado muchas cosas de ti, incluso sabe tu nombre, aunque dice que no es amiga tuya, ya verás lo simpática y guapa que es.
- Esta bien, mamá, pero me gustaría no recibir visitas aún, estoy mareado y no tengo ganas de nada.
- Pero Andrés, hijo, si solo quiere disculparse, no sabes lo mal que lo está pasado esa chica.
- Bueno, pero no quiero visitas, ¡vale!
Dios, quien entiende a las madres, ahora resulta que casi me mato en un accidente y la que lo provoca le cae bien, encima resulta que la que lo pasa mal es ella, pues ya quisiera yo verla en mi situación, aunque conociendo a mi madre seguro que está tramando algo.

La mañana avanzó lentamente por la ventana, se quedó dormido a pesar de la posición de su cuerpo, le despertaron las enfermeras con la comida, preguntaron si podía apañarse solo, les dijo que si, e inmediatamente se dijo idiota, cuando se dio cuenta de que las manos le dolían horrores, a duras penas, consiguió comer.
Avisó y le retiraron la bandeja, su mirada vagó por la habitación, aún no tenia compañero de cuarto.
-mejor, pensó.
Luego medio adormilado, (debía de tener algún medicamento en el suero que le daba somnoliencia), trato de repasar todo lo que le había sucedido en aquellas horas, en ello estaba cuando se quedó dormido de nuevo.
Nadie fue a visitarlo.
Soportó siete días de tracción, otra semanita de postoperatorio y a casa.
La rodilla se le quedó rígida y la verdad, le dolía, le saltaban las lagrimas cada vez que hacia rehabilitación, luego poco a poco fue apoyando la pierna, los días pasaron con la lentitud que la vida se toma cuando uno no tiene muchas cosas que hacer y se aburre, mas adelante abandonó una muleta, luego la otra, y le costó andar sin ellas, era normal, (dijeron los médicos), ya que los músculos se atrofiaban.
Su madre se instaló en su apartamento y aguantó sus rabietas.
Los amigos le ayudaron todo lo que se espera de ellos.
El seguro pagó todos los gastos.
Al cabo de ocho meses y muchas placas, le dieron el alta, aunque él pensaba que aún no estaba bien, pues tenia la impresión de que la pierna se la había quedado algo más corta.
El platino era para él, aunque los clavos se los quitarían más adelante.

Se vio andando como el protagonista de "House", caminaba distraido pensando como le había cambiado la vida en un instante, cuando oyó que le llamaban por su nombre.
¡¡¡Andrés!!!,
¡¡¡Andrés!!!.
volvió la cabeza y la última persona que se podria imaginar, venia hacia él.

-"¡Hola!, sólo quería saber como estas".
-"Bien", contestó.

-"¿Bien a secas?",
-"Sí".

-"¿Y como ha ido todo?", ¿qué tal el trabajo?.
-"Igual que siempre...regular, ya sabes".

-"¿No eres muy hablador, verdad?"
-"Puede, estoy un poco apático".

-"Creí que te alegrarías de verme",
-"Pues, no, ¿porqué?.

-"¿Y, ni siquiera me has echado de menos?",
-"Solo echo de menos mi moto".

Vio que ella hacia un mohín de disgusto, realmente estaba siendo borde, pero ¡que diantres pretendía!, despues de tanto tiempo.

-"¡Touché!, sé que no me he comportado bien contigo, aunque quería que supieras que fui yo la que provocó el accidente y que me siento fatal desde entonces".

Se cogió la cabeza con las dos manos,
-"jajajaa, es lo que me faltaba, jajajajaaa", estupendo, si has venido a que te perdone, pues, te perdono y nos olvidamos, ¿vale?"

Asintió ligeramente con la cabeza, parecía buscar algo en su mente, entonces él aprovechó para alejarse, no sin soltarle:
"¿por cierto, recuerdos para tu novio?" quería ser irónico....
-"Y si te apetece, un día de estos, te llamo y quedamos para tomar café".
Aunque sabia perfectamente que no tenia ningún dato de ella y por tanto era una forma de quedar bien..... relativamente. Siguió alejandose despacio, dejandola pensativa.

-"!Oye!", gritó, pero, no quiso volver la cabeza.
-"¡Oye!,¡tio!", gritó de nuevo, entonces la miró y esperó.
-"¡Te piensas que eres muy gracioso, pues a mí no me hace nada de gracia!"
-"!A qué crees que he venido, para que me trates así!"
-"¡Es que pretendes humillarme!".
-"¡No mendigo tú perdón, y, menos así!".
-"¡Idiota, más que idiota, ni siquiera te diste cuenta que desde el momento en que te ví, me enamoré de tí, que solo de estar ante ti, me tiemblan las piernas, que me he mortificado todo este tiempo por ser tan estúpida que me he arrepentido mil millones de veces por llegar tarde a aquella cita, que cometí el error más grande de mi vida al mentirte, solo por mi inseguridad, de que casi te mato, de llorar impotente al no saber de ti, de que solo la idea de no verte, ya me hace daño!".

Si en ese momento lo pinchan, no le sacan sangre, él que pretendía ignorarla, recetarle su misma medicina, no pudo hacer otra cosa que ir a su encuentro.
-¡Niña, que cáracter!, ahora ella lloraba quedamente.
Le hizo gracia verla así, tan desvalida, despues de aquella explosión de genio, estaba encantandora.
Se reflejó en aquellos hermosos ojos verdes, bañados en lágrimas y se sumergió en ellos.


Los coches paseaban calle arriba, calle abajo, buscando la mirada de la gente, la ciudad enmudecida de repente los observaba con las ventanas abiertas y ellos en cuerpo y alma fundidos, se sabían por encima de todo, comprendiendo cuando se abrazaron, que ya no era posible, la vida separados.

Hablaron de todo, se tocaron, se besaron, era tanta la necesidad que tenían el uno del otro, que pasaron una eternidad reconociendose. El amor fluía por cada poro de sus cuerpos.
Era tanta su felicidad, que se preguntaron porque habían desaprovechado el tiempo, porque habían sido tan idiotas, despues de las conversaciones que tuvieron por el chat, de las coincidencias, de lo soberanamente tontos que fueron al no dejar fluir las cosas y sobre todo el no haber aprovechado aquella cita a "ciegas" que el destino quería ver triunfar.

Dio una vuelta.



Despertó y la buscó a su lado.

Le dolía intensamente la pierna, eso era que el tiempo iba a cambiar, al menos eso le habian asegurado.

Medio dormido aún, se dio cuenta que todo había sido un sueño, ¡joder!, era tan real, que aún tenia el sabor de su piel en los labios.

Se levantó, pesadamente, con la sangre rota presintiendo que no la encontraría.

Orinó.

Se rascó las partes y se dispuso a preparar un suculento desayuno de tostadas con mantequilla y frambuesa.

No hay comentarios: