sábado, 26 de septiembre de 2009

El huevo de Pascua

La costumbre de el huevo de pascua tiene un origen pagano, y festejaba la celebración del equinoccio de primavera.

Según el primigenio mito de la Creación de los babilonios, un huevo de gran tamaño cayó desde el cielo al río Eufrates.

De este maravilloso huevo fue engendrada la diosa Astarté.

Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con dicha diosa.

Esta creencia originada en Babilonia se expandió con rapidez por todo el mundo: los antiguos druidas de las culturas celtas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe; los egipcios lo asociaron con el sol y los huevos coloreados eran usados como ofrenda de sacrificio durante las fiestas de Isis; y hasta en China y en Japón se adoptó esta creencia, considerando el huevo de Pascua como símbolo de vida y resurrección.

En Egipto, el simbolismo del huevo se asemeja al mito griego de la Caja de Pandora; se cree que el dios Osiris y su hermano Tifón (Seth), lucharon entre sí e introdujeron todos los bienes y los males del mundo en un huevo; al romperse el mismo, todos los males se distribuyeron por el planeta.

Tanto en Persia como en Grecia y Roma, era muy común pintar huevos y comerlos en las fiestas en honor a la primavera.

Su símbolo de vida nueva hizo que durante muchos siglos, se dieran huevos como regalo en los festivales de esta estación.

Así, y como la primavera europea prácticamente coincide con la semana santa, el huevo pasó a ser el símbolo de renacer de Cristo.

En la antigüedad las mujeres embarazadas romanas podrían saber el sexo del niño al nacer, ya que el huevo es por lo general símbolo de origen, fertilidad y nacimiento.

En época medieval, tradicionalmente se regalaban huevos a los sirvientes.

En algunos países de Europa, los huevos se decoran el día jueves santo y se rompen los domingos, en los países de Sudamérica a diferencia de Europa el huevo se esconde los días domingo por la mañana para ser buscado después de la comida, es muy típico ver a todos los niños buscando los huevos de pascua.

En Alemania, se les daban huevos a los niños acompañados de otros regalos de Pascua.

Distintas culturas han desarrollado sus propias maneras de decorar los huevos.

Huevos rojos se intercambian en Grecia en honor a la sangre de Cristo.

En partes de Alemania y Austria, se utilizan huevos verdes como celebración del Jueves Maundy (Jueves Santo).

Los polacos y ucranianos utilizan diseños simples y colores fuertes, o decoran en el distintivo estilo pysanki (diseñar o escribir).

Los huevos pysanki son obras maestras de habilidad y trabajo.

En Alemania y otros países se vacían los huevos en un plato hondo haciéndoles un agujero con una aguja y soplándolos para quitar su contenido.

Las cáscaras se tiñen y se cuelgan en arbolitos y arbustos de Pascua durante Semana Santa.

En Italia las figuras de chocolate típicas de Pascua tienen forma de paloma ("colomba pasquale") mientras que en otras tradiciones es un conejo, ya que éste estaba relacionado con la diosa Eostra.

En Cataluña al igual que en Valencia, lo tradicional es la "mona" de Pascua, un pastel de harina, huevos, azúcar y mantequilla que los padrinos regalan a sus ahijados el Lunes de Pascua.

La "mona" simboliza que las penitencias y abstinencias que impone la Cuaresma han llegado a su fin.

Además, la palabra “munna” significa “provisión de la boca”, y era el regalo que los moriscos realizaban a sus señores.

Además, el ritual de comerse la "mona" se acompaña, al menos en Valencia, con este refrán: “Açí em pica, açí em cou, açí em menge la mona, i açí et trenque l’ou”.

(Traducción, aquí me pica, aquí me escuece, aquí me como la mona y aquí te rompo el huevo) , en la frente del compañer@).

Sin embargo, lejos de admitir su origen pre-cristiano, una leyenda cristiana dice que:
cuando María Magdalena le dijo al apóstol San Pedro que Jesucristo había resucitado, éste, incrédulo, afirmó que eso sería posible si las gallinas pusieran huevos rojos.

Entonces María Magdalena, le mostró una docena de ellos.

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