viernes, 4 de septiembre de 2009

LOS "SANTOS" LUGARES

Fue necesario que Constantino el Grande se hiciera cristiano, para que Jerusalén, adquiriera el papel de capital del cristianismo.

Sobre el 326 d.c. la reina Helena, madre del Emperador, visitó Jerusalén, para conocer los lugares por donde transitó Jesús.

A ella se deben las primeras construcciones, que su imaginación forjó, marcando sitios y mandando edificar santuarios donde ella creyó.

Esta mujer, devota, acompañada por el obispo Macaríos, mitifica la historia, recreando "in situ" los pasajes de los evangelistas.

Lo encuentra todo, después de tanto tiempo, "la piedra de la unción del sepulcro de Arimatea", "El lugar de la ascensión", "la casa de Lázaro", "La fuente donde se apareció el ángel a María", etc.....

Habían pasado casi 4 siglos, de olvido, durante los cuales Jerusalén había sido derruida y demolido el Templo por los mismos romanos en el año 70 d.c. por Tito.

Y Tito hizo bien su trabajo, pues Flavio Josefo cuenta:

"Las llamas eran tan violentas e impetuosas que la montaña sobre la cual se elevaba el Templo, semejaba un solo fuego, incluso desde sus cimientos".

Y no contento con ello, Tito ordenó arrasar la ciudad entera.

En el 134 d.c., Adriano ante la violenta rebelión de Bar-Kokeba (el hijo de la estrella), decide borrar Jerusalén del mapa, así lo poco que queda es vuelto a demoler y sobre las ruinas levanta la ciudad de Aelia Capítolina que consagró a Júpiter.

Para ello y según las crónicas destruyó los restos de los muros y de los edificios y pasó el "arado" por toda la ciudad.

Así que cuando la reina Helena, pisó Jerusalén, casi 400 años después del cristo, nada pudo encontrar perteneciente a Jesús, si es que este existió, pero, milagro, su fe la hizo fantasear y lo que hoy se muestra no son más que unas piedras falsas, sobre las que descansa el mito de la historia de Jesús.

Para más Inri, en el 614, los Persas toman la ciudad y destruyen todos los templos, tanto paganos como cristianos.

En el 628, vuelve a conquistarla Bizancio, con el consiguiente saqueo y destrucción.

Para ser en el 638, nuevamente conquistada por el califa Omar.

Y ya en el año 1009, el santo sepulcro es destruido y las iglesias arrasadas, por el egipcio Hakim.

En el 1077, la destruyen los turcos.

En el 1099, los cruzados la toman de nuevo, hasta que Saladino en el 1187, la recupera para los árabes.

Y así, de nuevo los turcos en el 1244, los otomanos en el 1516 y los ingleses en 1917.

Por lo tanto, ni siquiera lo que imaginó la reina Helena está en su lugar.

Los lugares de culto en la ciudad de Jesús, el cristo, el Mesías, el hijo de dios, etc.....es una triste invención.

Decía Pascal:

"No sé quien me ha puesto en el mundo, ni lo que este es, ni lo que soy yo mismo.
Observando la grandiosidad del Universo, me sé atado a un rincón de ese espacio inmenso, sin comprender el porque estoy en este lugar y no en otro.
Tampoco sé el porque del corto espacio de vida que se me ha dado, ha tenido que ser en este instante y no en otro de las eternidades anteriores o de las que me sucederán.
Por todas partes veo infinitudes que me aprisionan como a un átomo o como a una sombra que dura tan solo un instante que no volverá a repetirse.
Lo único que sé es que pronto voy a morir:
Precisamente lo que más ignoro, esa muerte de la que no escaparé".

Y para terminar:

"QUOD GRATIS AFFIRMATUR, GRATIS NEGATUR".

Continuará.........

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