TALOS

TALOS era un autómata gigante de bronce, forjado por Hefesto con la ayuda de los Ciclopes.

Zeus se lo regaló a su amante, Europa, como protector, después de entregarle la isla de Creta.

Algunos lo imaginaban como un toro de bronce o como el último hombre de la raza de bronce.

Su tarea consistía en dar tres veces al día la vuelta a la isla y arrojar peñascos a todos los barcos extranjeros; e impedir salir a los habitantes que no tenían el permiso del rey.

También recorría tres veces al año, a un paso más pausado, las aldeas de Creta mostrando las leyes de Minos inscritas en placas de bronce.

Cuando los sardos trataron de invadir la isla, Talos se puso al rojo vivo introduciéndose en una hoguera, destruyéndolos con su abrazo ardiente, mientras sonreía, de ahí viene la expresión «una sonrisa sardónica».

El invulnerable cuerpo de bronce de Talos era irrigado por una única vena diminuta que lo recorría desde el cuello al tobillo, donde estaba rematada por un clavo que le impedía desangrarse, siendo su único punto débil.

Talos como dios-sol, era hijo de Cres (es decir, la isla de Creta), y del padre del fuego, Hefesto.

Probablemente fue el padre de la esposa del rey Minos, la diosa-luna, Pasifae.

Su nombre significa, el sol en el dialecto cretense, y cortar o cortado, en griego.

Talos era representado como un hombre joven y guapo tallado en bronce.

También era el nombre del sirviente de bronce con cabeza de toro que Zeus le había dado a Minos para que guardase a Creta.

"Después de que a los argonautas se les impidió desembarcar en Creta por Talos. Esta criatura que algunos dicen que fue de la generación de bronce y en realidad era un hombre de bronce, mientras que otros sostienen que se la dio a Minos, Hefesto y que era un toro. Tenía un vaso sanguíneo que se extendía desde el cuello hasta los tobillos. Talos patrullaba alrededor de la isla tres veces al día como medida de seguridad, y, cuando vio la vela del Argo, le arrojó piedras. Murió de los engaños de Medea, que algunos dicen que lo volvió loco con drogas, mientras que otros alegan que ella prometió hacerlo inmortal y luego le quitó el clavo, perdiendo el liquido que fluía por su interior y expiró. Otros dicen que una flecha de Peante en el tobillo acabó con él".
(seudo-Apolodoro)


"los argonautas fueron a Creta, la mayor isla en el mar. Pero cuando buscaron refugio en el remanso de Dicté se les impidió arribar a la costa por Talos, un gigante de bronce, que les lanzaba trozos de roca desde el acantilado. Descendiente de la raza de bronce que surgió de las cenizas de los árboles, que había sobrevivido a la época de los semidioses, y que Zeus le había dado Europa para vigilar Creta, recorría la isla con sus pies de bronce tres veces al día. Su cuerpo y sus extremidades eran invulnerables, excepto en un punto: en un tendón de su tobillo había una vena de sangre roja protegida sólo por una fina piel.
Los argonautas, aterrados y agotados, se alejaron como pudieron de la costa, pero Medea, los detuvo. Escuchad, dijo: "Creo que yo soy la única que puede acabar con cualquier hombre, sea quien sea, a menos que exista la vida inmortal en ese cuerpo de bronce. Lo único que pido es quedarme aquí de pie en la nave fuera del alcance de las rocas, hasta que yo lo diga".
Con sus cánticos y oraciones, hipnotizo a Talos, haciendo que este se quitase el clavo de su tobillo.
Fue así que Talos, a pesar de su estructura de bronce, fue derribado por la magia de Medea. Rozando el tobillo en una piedra afilada, el liquido salio de él como plomo fundido. Se quedó allí un corto periodo de tiempo en lo alto de la roca. Pero, sus piernas no podían sustentarlo, comenzó a tambalearse, y todo el poder salió de él, viniendose abajo. "Así, como un gran pino que en el monte se queda medio derribado por el hacha afilada del leñador, y en la noche es sacudido por el viento, hasta que se derrumba".
(Apolonio de Rodas, Argonáutica)