martes, 1 de septiembre de 2009

Sumer

La historia registra, un pueblo de origen desconocido que llegó a Mesopotamia alrededor del 3,800 a.C.

Provenía de los montes Zagros, se llamaba a si mismo "la gente de las cabezas negras" y se representaban calvos y con grandes narices, nosotros los conocemos como "sumerios".

Un pueblo que no sólo creó la primera civilización de la que tenemos noticias, sino también la civilización más vasta y más avanzada en muchos aspectos que las demás culturas de la antigüedad que la siguieron.

Indudablemente, fue la civilización sobre la que se basa toda muestra civilización.

Y lo que más perplejidad provoca de todo esto es el hecho de que, hasta el día de hoy, los expertos no tengan ni la más remota idea de quienes fueron, de dónde vinieron, y cómo y por qué apareció su civilización.

Los sumerios sentaron las bases de una próspera agricultura en Mesopotamia a partir del conocimiento y control de las crecidas anuales del curso de los ríos Tigris y Éufrates.

Los sumerios al asentarse en Mesopotamia, construyeron una red de canales con tanta perfección que todavía se conservan hoy en día y sirven como modelo para las autoridades agronómicas en Irak.

Estos canales permitieron el aumento del cultivo y posibilitaron el crecimiento de la civilización.

Los productos de cultivo más importantes que obtuvieron fueron los cereales, como el trigo y la cebada, el sésamo y los frutos de las palmeras.

Los granos recolectados se almacenaban en el templo que era el núcleo de la vida económica, el centro de administración de tierras, del sistema de riego y del comercio.

Los agricultores por tanto formaban el grupo social más numeroso, ya que el régimen de la economía mesopotámica era la agricultura.

Luego los reyes fueron otorgando donaciones y los campesinos pudieron trabajar en sus propias parcelas, como consecuencia de esto surgió la propiedad privada.

También se dedicaban a la cría de ganado caprino, ovino, porcino y en menor medida, al vacuno, utilizando el asno, como medio de carga.

En la antigüedad, gran parte del comercio se dedicaba al comercio de metales, y también se formó a partir de aquí la base para el desarrollo en Mesopotamia de la banca y de la primera moneda, el shekel de plata.

Practicaron activamente el comercio, importando maderas, metales, y piedras preciosas.

Y exportando a Egipto, el valle del río Indo y el oeste de Asia, lana, objetos de bronce, dátiles y granos.

A ellos y según todos los indicios les debemos, las estructuras monumentales (ziggurats) ya que las pirámides fueron construidas muchos siglos después, la division del año en doce meses, el día en 24 horas, la hora en 60 minutos y los minutos en 60 segundos, y se supone que la semana de 7 días, también un elaborado sistema de pesas y medidas y un eficaz sistema postal.

Por cierto compramos los huevos a docenas gracias a su "sistema matemático".

Dicho sistema, llamado sexagesimal, combinaba el "mundano" 10 con el "celestial" 6 para obtener la cifra base de 60.

En algunos aspectos, este sistema es superior al nuestro actual; y en cualquier caso, es incuestionablemente superior a los sistemas posteriores de griegos y romanos.

Este sistema les permitía dividir en fracciones y multiplicar millones, calcular las raíces o elevar los números a varias potencias.

Y no sólo fue el primer sistema matemático conocido, sino también el que nos dio el concepto de "posición numérica"; del mismo modo que, en el sistema decimal, 2 puede ser 2 o 20 o 200, dependiendo de la posición del dígito, también en el sistema sumerio el 2 significa 2 o 120 (2 x 60), y así sucesivamente, dependiendo de la "posición".

Los 360 grados del círculo, el pie y sus 12 pulgadas, y la "docena" como unidad no son más que unos cuantos ejemplos de los vestigios de las matemáticas sumerias que todavía podemos ver en nuestra vida cotidiana.

Inventaron el carro con ruedas, o al menos la primera representación de ella, (estandarte de Ur) la escritura llamada cuneiforme, por su forma de cuña, y ya en el 3100 a.c. disponían de un lenguaje escrito totalmente elaborado, se cree que es el primero del mundo, incluso los egipcios debieron copiarlo aunque en muchos aspectos lo mejoraron o por lo menos hicieron sus símbolos mucho mas atractivos que los toscos sumerios.

La única ruta marítima que llega a Egipto desde el sur es la que viene por el Mar Rojo, y resulta significativo que el nombre egipcio de este mar fuera el de "Mar de Ur".

En su expresión jeroglífica, el signo de Ur significa "la lejana tierra extranjera en el este", por lo que no se puede descartar que, en realidad, también se estuvieran refiriendo a la sumeria Ur, que se encontraba en esa misma dirección.

La palabra egipcia para ser divino o dios era NTR, que significa "el que vigila".

Curiosamente, éste es el significado exacto del nombre de Sumer: la tierra de "los que vigilan".

Así pues la idea de que la civilización pudo haber comenzado en Egipto está descartada en la actualidad.

Ya que existen muchas evidencias que indican que la organizada sociedad y civilización egipcia, que comenzó medio milenio o más después de la sumeria, extrajo su cultura, su arquitectura, su tecnología, su escritura y otros muchos aspectos de la elevada civilización de Sumer.

Y las evidencias demuestran también que los dioses de Egipto se originaron en Sumer.

Las primeras escuelas se crearon en Sumer como consecuencia directa de la invención y la introducción de la escritura.

Las evidencias, tanto arqueológicas (se han encontrado edificios donde se ubicaban las escuelas) como escritas (se han encontrado tablillas con ejercicios), indican la existencia de un sistema educativo formal hacia comienzos del tercer milenio a.c.

Templos, tribunales y casas de comercio disponían de sus propios escribas, con sus tablillas de arcilla húmeda dispuestas para anotar decisiones, acuerdos o cartas, o para calcular precios, salarios, el área de un campo o el número de ladrillos necesarios en una construcción.

Literalmente, había miles de escribas en Sumer, que iban desde los escribas subalternos hasta los altos escribas, escribas reales, escribas de los templos y escribas que asumían altos cargos del estado.

Algunos hacían de maestros en las escuelas, y aún podemos leer sus ensayos sobre las escuelas, sus objetivos y metas, su currículo y sus métodos de enseñanza.

En las escuelas, no sólo se enseñaba la lengua y la escritura, sino también las ciencias de la época, botánica, zoología, geografía, matemáticas y teología.

Se estudiaban y se copiaban las obras literarias del pasado, y se creaban obras nuevas.

Las escuelas estaban dirigidas por el ummia (profesor experto), y entre el profesorado se incluía, invariablemente, no sólo un "hombre encargado del dibujo" y un "hombre encargado del sumerio", sino también un "hombre encargado del azote".

Parece ser que la disciplina era estricta; un alumno escribió en una tablilla de arcilla que había sido azotado por no asistir a clase, por falta de higiene, por vago, por no guardar silencio, por mala conducta e, incluso, por su mala caligrafía.

Incluso los proverbios sumerios expresaban muchos conceptos e ideas, que hoy en día todavía nos suenan:

Si estamos condenados a morir, gastemos;
si hemos de vivir una vida larga, ahorremos.

Cuando un hombre pobre muere, no intentes revivirlo.

Aquel que posee mucha plata, puede ser feliz.
Aquel que posee mucha cebada, puede ser feliz.
¡Pero el que no tiene nada de nada, puede dormir!

Hombre: para su placer: matrimonio;
cuando deja de pensar en ello: divorcio.

No es el corazón el que lleva a la enemistad;
es la lengua la que lleva a la enemistad.

En una ciudad donde no hay perros guardianes,
el zorro es el supervisor.


Un dato: la lengua sumeria está formada de palabras de una sílaba, mas o menos como el chino y no se parece a ninguna conocida de la Tierra.

Del mismo modo que todo nuestro sistema económico y social -libros, registros legales y económicos, contratos comerciales, certificados matrimoniales, etc.- dependen del papel, la vida sumeria dependía de la arcilla.

La arcilla también era la materia prima básica en la manufactura de utensilios de uso cotidiano y de recipientes para el almacenamiento y el transporte de bienes.

También se utilizó para hacer ladrillos, otra cosa en la que los sumerios fueron los "primeros", algo que hizo posible la construcción de casas para el pueblo, de palacios para los reyes y templos para los dioses.

En cuanto a la medicina los textos médicos sumerios tratan del diagnóstico y de las recetas.

Y no dejan lugar a dudas de que los médicos sumerios no recurrían a la magia ni a la brujería.

Recomendaban la higiene y la limpieza, los baños de agua caliente y disolventes minerales, la aplicación de derivados vegetales y las fricciones con compuestos del petróleo.

También hacían medicinas de las plantas y compuestos minerales, que mezclaban con líquidos o disolventes según el modo de aplicación.

Si era por vía oral, se mezclaban los polvos con vino, cerveza o miel; si "se vertían a través del recto", como enema, se mezclaban con aceites vegetales.

El alcohol, que jugaba un papel muy importante en la desinfección quirúrgica y como base de muchas medicinas, llegó hasta nuestro idioma a través del árabe kohl, del acadio kuhlu.

Los modelos de hígado encontrados nos indican que se enseñaba medicina en algún tipo de escuelas médicas, con la ayuda de modelos de arcilla de los órganos humanos.

Debieron de estar bastante avanzados en anatomía, pues los rituales religiosos nos hablan de elaboradas disecciones de los animales sacrificiales, sólo un escalón por debajo de un conocimiento comparable en anatomía humana.

Los enfermos podían elegir entre un A.ZU (médico de agua) y un IA.ZU (médico de aceite), estos médicos observaban los síntomas del paciente con extrema atención y aplicaban en ocasiones lo que serían tratamientos farmacológicos, a base de múltiples substancias minerales, vegetales o animales.

A pesar de todas sus carencias los médicos gozaban de un elevado prestigio social y a menudo estaban ligados estrechamente al palacio.

Poco nos ha llegado de su arte, pero en una tablilla procedente de Nippur y fechada hacia finales del tercer milenio, coincidiendo con la III Dinastía de Ur y con nada menos que con quince prescripciones, supone hoy en día el recetario de farmacia mas antiguo de la historia.

Tales prescripciones contienen el nombre de la enfermedad, los remedios a aplicar y su correcta administración.

Para la preparación de las medicinas, la farmacopea sumeria acudió tanto a los productos botánicos, como a los minerales e incluso al reino animal.

La biblioteca de Assurbanipal en Nínive disponía de una sección de medicina que estaba dividían en tres grupos: bultitu (terapia), shipir bel imti (cirugía) y urti mashmashshe (órdenes y conjuros).

En los antiguos códigos legales había secciones que trataban de los honorarios que había que pagar a los cirujanos por las operaciones exitosas, y de las penas que se les imponían en caso de fracaso: como, por ejemplo, que, si al abrir la sien de un paciente con una lanceta, el cirujano destruía accidentalmente el ojo de aquél, se le condenaba a perder la mano.

Se han encontrado marcas inconfundibles de cirugía cerebral en algunos esqueletos encontrados en tumbas de Mesopotamia, y un texto médico parcialmente roto habla de la extirpación quirúrgica de una "sombra que cubría el ojo de un hombre", probablemente un problema de cataratas; otro texto menciona el uso de un instrumento cortante, diciendo que "si la enfermedad ha alcanzado el interior del hueso, tendrás que rasparlo y quitarlo".

También se utilizaron betunes en la medicina sumeria, en centenares de textos acadios encontrados se emplean en gran medida frases y términos médicos sumerios, indicando con ello el origen sumerio de toda la medicina mesopotámica.

También había veterinarios, conocidos como "médicos de bueyes" o bien como "médicos de asnos".

La Edad del Bronce, nuestra primera época metalúrgica, fue también una contribución mesopotámica a la civilización moderna.

Del nivel que alcanzó la metalurgia en la antigua Mesopotamia nos hablan las muchas variedades de metales y aleaciones para los cuales se han encontrado nombres sumerios y acadios, así como su amplia terminología tecnológica.

Esto desconcertó durante cierto tiempo a los estudiosos, ya que Sumer, en su territorio, carecía de minerales metalíferos; y, sin embargo, la mayor parte de la metalurgia comenzó indudablemente aquí.

La respuesta se encuentra en la energía; no se puede fundir, refinar y alear sin un abundante suministro de combustibles para alimentar hornos y crisoles.

En Mesopotamia no había menas, pero había combustible en abundancia, de modo que el mineral metalífero fue llevado hasta los combustibles, lo cual explicaría muchas de las más antiguas inscripciones en las que se describe el transporte del mineral desde muy lejos.

Los combustibles que le dieron a Sumer la supremacía tecnológica fueron betunes y asfaltos, productos del petróleo que se filtraban de forma natural hasta la superficie en muchos lugares de Mesopotamia.

R. J. Forbes (Bitumen and Petroleum in Antiquity) demuestra que los depósitos de superficie de Mesopotamia fueron las principales fuentes de combustible del mundo antiguo, desde los tiempos más primitivos hasta la época de Roma, y concluye que el uso tecnológico de estos productos del petróleo comenzó en Sumer alrededor del 3500 a.C. de hecho, dice que la utilización y el conocimiento de los combustibles y de sus propiedades fueron mayores en tiempos de los sumerios que en las civilizaciones que les siguieron.

Tan amplio fue el uso de los productos del petróleo entre los sumerios, no sólo como combustibles, sino, también, como materiales para la construcción de caminos, para impermeabilizar, calafatear, pintar, cimentar, moldear, que cuando los arqueólogos buscaban a la antigua Ur, la encontraron enterrada en un montículo que los árabes de la zona conocian como el "Montículo del Betún".

Forbes demuestra que la lengua sumeria tiene términos para cada género y variante de las sustancias bituminosas encontradas en Mesopotamia.

De hecho, los nombres de los materiales bituminosos y petrolíferos en otras lenguas, acadio, hebreo, egipcio, copto, griego, latín y sánscrito, remontan su origen hasta el sumerio; por ejemplo, el nombre más común del petróleo, naphta, nafta, se deriva del sumerio napatu (piedras que arden).

A los sumerios se les atribuyen dos avances tecnológicos que hicieron posible combinar la ligereza con una fuerte resistencia en todos los objetos de arcilla: la armazón y la cocción.

Los arquitectos modernos han descubierto que se puede hacer hormigón armado, un material de construcción sumamente fuerte, echando cemento en moldes con un entramado interior de varillas de hierro; pero hace mucho que los sumerios fueron capaces de dar a sus ladrillos una gran fortaleza mezclando la arcilla húmeda con trozos de carrizo o paja.

También sabían que a los objetos de arcilla se les podía dar resistencia y durabilidad cociéndolos en el horno.

Fue gracias a estos avances tecnológicos que se hizo posible la construcción de los primeros edificios y arcadas del mundo, así como la elaboración de la primera cerámica duradera.

La invención del horno, un lugar donde conseguir unas temperaturas intensas pero controladas, sin correr el riesgo de que los productos se llenen de polvo o cenizas, hizo posible un avance tecnológico aún mayor: la Edad de los Metales.

La utilización de los productos del petróleo por parte de los sumerios fue también fundamental para el desarrollo de la química.

No sólo podemos valorar el alto nivel de los conocimientos de los sumerios por la variedad de pinturas y pigmentos, y por procesos tales como el vidriado, sino también por la notoria producción artificial de piedras semipreciosas, entre las que se incluye un sustitutivo del lapislázuli.

Los sumerios eran gente muy sociable y se reunían en las azoteas de sus casas que solian ser de dos plantas, se cree que ellos inventaron la cerveza que guardaban en recipientes de cerámica y la tomaban con una pajita, como los refrescos de hoy.


Esta tablilla representa a unos sumerios, sentados tomando cerveza


Y también les gustaba ir adornados, se han encontrado numerosas joyas y les gustaba jugar como a nosotros, tenían juegos de tablero y fichas.




Aunque no conocemos las reglas.


Con respecto a la música podemos afirmar sin ninguna duda que la tradición sumeria es larga y notable, estuvo muy integrada en la sociedad y fueron muchos los momentos propicios en los que se practicó este arte, tales como en diversas fiestas de carácter religioso o ceremonial e incluso bodas.

La música, al ser una parte importante de la cultura sumeria se vio reflejada en centenares de textos, no en la estructura musical que conocemos hoy en día y si en la forma de descripciones minuciosas de sus tradiciones musicales e instrumentos.

Estos instrumentos musicales fueron construidos en los mas diversos materiales, tales como madera, hueso o incluso metal y estuvieron decorados con los mas diversos objetos preciosos, como oro o piedras, dependiendo de la clase social o poder económico del propietario.

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