lunes, 6 de julio de 2009

DUAT


La DUAT era el inframundo en la mitología egipcia.


El lugar donde el espíritu de los difuntos debía deambular sorteando peligros y pasar por una serie de puertas.


Durante el Imperio Antiguo se denominaba DAT la región celeste situada sobre la tierra, y era gobernaba por Horus, y más allá de él se ubicaba el reino de Ra al que solo el faraón fallecido podía acceder.


En el Imperio Nuevo y al evolucionar las creencias pasó a llamarse DUAT, pasando Osiris a regirlo, y ser el inframundo situado debajo de la tierra, el cual Ra recorría con su barca durante la noche, enfrentándose a Apep.


Apep o Apofis era el mal con el que había que luchar para contenerlo; sin embargo, nunca podía ser aniquilada, sólo dañada o sometida, ya que de otro modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el concepto del mal para que el bien fuera posible.


La estructura del DUAT así como los peligros que acechaban a los espíritus de los muertos se describen en Los libros de las Puertas, así como en el Libro de los Muertos.


El libro del Am-Duat , TA mdAt imit dwAt ('El Libro de la Cámara Oculta'), el Libro de las Puertas y el Libro de las Cavernas forman el corpus funerario de las tumbas reales del Reino Nuevo, siendo el "Libro de Am-Duat" el más antiguo de los tres.


Como el calendario egipcio dividía cada día en veinticuatro horas, doce correspondientes al período de luz solar, en las que Ra surcaba el cielo en su barca diurna, y doce relativas al mundo del Más Allá, cuando el sol atravesaba las regiones oscuras de la Duat en la barca nocturna. El Libro del Am-Duat establece las doce divisiones correspondientes a las doce horas nocturnas, dando una descripción de cada una de estas. La estructura es muy similar a los otros dos textos de literatura funeraria real del Reino Nuevo, El Libro de las Puertas y El Libro de las Cavernas, pero aquí el Sol no tiene que atravesar ninguna puerta.


Al ser la Duat un mundo complejo, plagado de lugares enigmáticos y genios dañinos o benéficos se compusieron estos textos para emplearlos a modo de guía.


EL LIBRO DE AM-DUAT


La versión más completa de este libro, está representada en las paredes de la cámara mortuoria del faraón Tutmosis III (1450 a.C) y en la tumba de su hijo Amenofis II (1419 a.C), en el Valle de los Reyes, en Tebas (la actual Luxor).


En un principio este texto, que era como un salvoconducto para posibilitar el viaje al otro mundo ( su conocimiento ofrecía al difunto la posibilidad de renacer cada día, de la misma forma que lo hacía Ra, transformándose en un "aj" o espíritu preparado para poder salir y entrar a voluntad) estaba presente solo en las tumbas de la realeza, aunque paulatinamente se utilizó también en la de los oficiales mayores.


A diferencia de los otros textos, en los que la representación de la barca es siempre la misma, en El Libro del Am-Duat puede variar según las horas. El séquito que la acompaña, normalmente, está formado por El Abridor de Caminos (Upuaut), Sía, La Señora de la Barca, La Carne de Ra, representado con cabeza de carnero como símbolo del Ba, Horus de las Alabanzas, El Toro de la Verdad, El Vigía, Hu y el Guía de la Barca. Hay excepciones, como en la segunda hora, en la que aparecen Isis y Neftis como dos serpientes. En algunas, como la primera, la proa de la barca está cubierta por una esterilla de juncos, y a partir de la segunda, tanto la proa como la popa acaban en flores de loto, excepto en la cuarta y quinta que terminan con una cabeza de serpiente. La imagen típica de una serpiente rodeando al dios sólo aparece desde la séptima división.


Cada tramo del viaje recibía el nombre de “sendero del sol” y el recorrido conjunto emulaba el viaje nocturno del Sol bajo la tierra. Cada hora de viaje se relacionaba con varios dioses y animales, así Ra cada noche "moría" y recorría el inframundo, para renacer al amanecer.


A pesar de que el objetivo primordial del libro es ofrecer el conocimiento del Más Allá, también aparecen ciertos pasajes, que incluyen rituales y ofrendas 'probadas un millón de veces'.


Así en la Primera Hora cantan mandriles que le abren las puertas a Ra, una docena de serpientes lo iluminan.

En la Segunda y la Tercera Hora, los dioses del grano comparecen , y al final de esta última Ra hace revivir a Osiris.

La Cuarta Hora es la del poder de las serpientes, asociadas a la resurrección debido a su capacidad de mudar de piel..

En la Quinta Hora es remolcada la barca del dios sol, entonces Ra adapta el aspecto de Jepri, el escarabajo sagrado que hacía rodar el sol por el firmamento, traspasándolo después a los leones del firmamento (Aker).

En la Sexta Hora hace su aparición una serpiente de cuatro cabezas, acompañada de nueve serpientes que escupen fuego.

En la Séptima Hora hacen su aparición Isis y el Mago Mayor , que con sus invocaciones mágicas ayudan a Ra en su enfrentamiento con la serpiente Apofis.

En la Octava Hora atraviesa con su barca, remolcado por sus dioses las misteriosas cavernas del Oeste.

En la Novena Hora, las doce cobras, que vigilan a todas las serpientes de la tierra, ellas viven de la sangre de los que matan cada día. Los espíritus y los muertos no pasan por ellas debido al misterio de sus formas. El que conozca esto verá sus formas sin entrar en sus llamas. Los nombres de las cobras iluminan a Osiris.

En la Décima Hora en la Caverna Secreta del Oeste, donde Jepri descansa con Ra, en la que dioses, espíritus y los muertos se lamentan por las imágenes secretas de Igeret (la Región Silenciosa) .

La Undécima Hora en la que da órdenes de cortar en piezas a aquellos que lucharon contra su Padre Osiris, a los cadáveres de los enemigos.

Así en la Duodécima Hora, Ra se introduce en el cuerpo de la serpiente y sale por su boca manifestándose en la forma de Jepri, el escarabajo sagrado.


Descansa unos instantes antes de renacer como disco solar de entre los muslos de la diosa de la noche y el cielo, Nut .


Y así finaliza el viaje de Ra, dios del sol, por el Duat, el cual se repite cada noche.


EL LIBRO DE LAS PUERTAS


El "Libro de las Puertas" decora las paredes de la tumba de Ramsés VI (1133 a.C) y aparece esculpido en el sarcófago de Seti I (1278 a.C).


Junto con el "Libro de la Duat", la "Letanía de Ra", el "Libro de las Cavernas", el "Libro de los Cielos" (que comprenden: el "Libro del Día", el "Libro de la Noche" y el "Libro de la Vaca Celeste") y el "Libro de la Tierra", el "Libro de las Puertas" forma parte de este compendio de obras funerarias con que se decoraron las tumbas del Valle de los Reyes en Tebas, la actual Luxor, desde la Dinastía XVIII hasta la XX Dinastía.


Se desconoce con exactitud el momento en que fue compuesto el Libro de las Puertas.

Hay quienes lo datan en una época anterior al Imperio Nuevo (del cual procede el "Libro de Am-Duat") mientras que otros sugieren que pertenece al período de Amarna.


A diferencia del Am-Duat, en el Libro de las Puertas encontramos la descripción del juicio de los muertos y del curso del sol, no divididas en registros, en el centro y en el extremo de la composición. También están ausentes notaciones referentes al uso del libro, siendo substituidas por observaciones sobre las ofrendas, que en general están situadas en el final de cada escena. El Libro de las Puertas también se diferencia del Am-duat por las puertas representadas como separación de cada división / hora. En el Libro de las Puertas cada una de las puertas está vigilada por tres seres, todos ellos con nombre que el difunto debe conocer. También, en la barca solar, solamente encontramos dos dioses, Sía y Heka representados junto con el dios del sol, mientras que en el Am-duat hay más miembros en la barca. En el Libro de Puertas, la cabina de la barca sobre cada División / Hora está protegida por una serpiente Mehen y cuatro figuras masculinas que se representan como los remolcadores de la barca.


Por tanto aquí Ra debe atravesar las doce puertas, enfrentándose a sus adversarios, para poder renacer al día siguiente en el firmamento.


Pero Ra conoce los nombres de sus adversarios, algo que en el antiguo Egipto suponía tener poder sobre dicha persona y así vencer a la serpiente Apofis.


Su nacimiento inminente y su resurrección al alba son proclamados por un grupo de mandriles.


Los mandriles alzan sus patas en señal de agradecimiento y adoración al Sol y son las primeras criaturas que con su griterío celebraban su ascenso, de ahí su importancia en la mitología egipcia, ya que se les consideraba especialmente devotos.


EL LIBRO DE LAS CAVERNAS


Junto con el "Libro de las Puertas" y el "Libro del Am-Duat", el "Libro de las Cavernas" (siendo el más tardío de los tres) forman el corpus funerario de tumbas reales del Imperio Nuevo.


Representa una composición de gran importancia y resulta ante todo especial. El difunto, como en tantos otros libros, debe atravesar una serie de cavernas que forman parte del Más Allá, pero ahora se pone un énfasis especial en las recompensas de las que se podrá gozar pero también en los castigos que se sufrirá en la otra vida y en la destrucción de los enemigos del sol. Se trata de la mejor descripción de lo que podría denominarse infierno egipcio.


En esta obra teológica, el mundo subterráneo es concebido como una serie de cavernas (doce, una por cada hora, aunque en este libro se hace hincapié en solo seis de ellas) por las cuales debe pasar Ra, en su periplo nocturno.


El texto fundamentalmente lo componen plegarias a Osiris.


Para que el faraón muerto pueda llegar al Más Allá debe conocer el nombre de sus enemigos y ser capaz de identificar a los dioses que guardan las puertas.


Anubis es el que ilumina el camino de los difuntos con la luna, que lleva en sus manos.


En la tumba de Ramses VI (1133 a.C) se encuentra la versión más completa.


No hay comentarios: