miércoles, 29 de julio de 2009

LA MITOLOGÍA EGIPCIA

En su momento de mayor esplendor, aproximadamente en el 1450 a.C, el antiguo Egipto se extendía desde la frontera con Libia, en el oeste, hasta el río Eúfrates, en el este, y desde los desiertos nubios, en el sur, hasta Siria, en el Norte.

Pero el corazón de este imperio siempre estuvo a orillas del Nilo, un paraíso en medio de los desiertos circundantes.

Egipto se dividía en el Alto Egipto (desde Menfis hasta Asuán) y el Bajo Egipto (el delta del Nilo), que eran representados por los dioses Horus y Set respectivamente.

La religión, los mitos, el más allá...eran extremadamente importantes para los egipcios.

Los dioses de cada ciudad cobraban importancia en el panteón Egipcio en la medida en que lo hacían las ciudades de las que eran dioses tutelares.

Los faraones, a quienes se consideraba descendientes de los dioses, venían a ser el punto de unión entre la tierra y sus gentes y las divinidades universales.

Era una cultura que desarrolló toda una serie de tradiciones y mitos alrededor de la muerte.

Siendo el tránsito hacia el más allá de vital importancia para ellos.

Tan difundida estaba la presencia de los dioses y la mitología en la vida diaria que ni siquiera existía un término específico para referirse a la religión.

Los dioses, el mundo y los planetas formaban parte de un mismo orden cósmico conocido como ma´at, que los humanos debían preservar.

Por eso existía una enorme diversidad religiosa y coexistián diferentes cultos y mitos.

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