Significa a la vez "ser volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélago.
Durante la expansión del Romanticismo en Europa, la principal reacción al periodo previo de Ilustración enciclopédica y racionalista, el vampiro se convirtió en una temática común y pasó de la leyenda oral a los castillos y los salones elegantes.
John William Pollidori es para muchos, el creador del genero con su obra "El Vampiro" basada en Lord Byron, sobre el que vuelca todo su desprecio reprimido y al que retrata como un auténtico vampiro síquico.
En el relato, Lord Ruthven, el protagonista, es retratado como un seductor de infinita crueldad, que se aprovecha de la incredulidad de las gentes hacia el mito del vampiro para cometer sus crímenes.
Todas las obras posteriores de vampiros han bebido del arquetipo creado por Pollidori, retratando siempre al vampiro como un personaje aristocrático y seductor.
Podría decirse que el mito moderno del vampiro no existiría sin la crucial obra de este olvidado autor.
Inspirando toda una serie de novelas que surgieron a lo largo del siglo XIX, y que contaban con la presencia de este particular monstruo, desde Sheridan Le Fanu con “Carmilla” al conocidisimo “Drácula” de Bram Stoker.
El cual se inspiró en Vladimir Draculea ("Hijo del Dragón"), conocido como Vlad Tepes "El Empalador", un noble valaco, que a mediados del siglo XV frenó en los Cárpatos el hasta entonces imparable ejército otomano, reuniendo por un lado el mito popular y campesino del vampiro eslavo y por otro la idea de un cruel señor de una región olvidada del centro de Europa.
Vlad Tepes no hacía prisioneros, todos sus cautivos eran empalados y entre los campos sembrados de estacas con cadáveres putrefactos pendiendo de ellas celebraba suntuosos banquetes.
Aún hoy día está considerado como un héroe nacional en Rumanía al ser el libertador del yugo de los turcos.
Posteriormente, el Drácula de Hollywood repeinado y elegante, llevando una capa negra con forro rojo (Bela Lugosi, Christopher Lee & cía.), tuvo una aceptación entre el público sin precedentes.
Al que luego se sumarían los estereotipados vampiros de Anne Rice.
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