viernes, 24 de julio de 2009

Midas


Los dioses concedieron a Midas, un gran regalo; que todo lo que tocase se convirtiera en oro.

Midas, al principio, acumuló mucho oro, haciéndose por ello inmensamente rico y envidiado.

Pero pocos sabían que lo que parecía un don extraordinario, realmente era una maldición.

Desde que recibió tan deseado don, el Rey ni siquiera pudo orinar sin que el favorito de la corte, le ayudara en tan necesario fin, por no hablar de cosas mayores.

Cuando intentaba beber, el agua se convertía en oro, así también con la comida, siendo por ello necesario que alguien le ayudase.

Hacia el amor sin acariciar a las numerosas doncellas de las que disponía, siendo ellas las que debían tomar la iniciativa.

Con el tiempo se convirtió en un "invalido" que no se atrevía ni a rascarse, tocarse ni usar las manos.

Se hizo construir un armatoste que a modo de armadura le mantenía las manos separadas del resto del cuerpo.

Hasta que un fatídico día, la niña de sus ojos, su pequeña hija, que había escapado de sus tutores, quiso jugar y cogiéndole de la mano...........quedo en un instante convertida en oro.

Midas abatido, desconsolado y deshaciéndose de la "armadura", se llevó las manos a.....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja
otra forma de ver a Midas. Aunque le devolvieron a su "estado normal" eso si, le acabaron poniendo orejas de burro por cierta disputilla con Apolo.
No paras de sacarme los colores ;)

odoagro dijo...

Gracias, Queso, es un honor para mí, tus comentarios.