viernes, 17 de julio de 2009

Cerveza

La cerveza (heneqet) era, después del agua, la bebida más consumida por los egipcios.

Según la mitología egipcia, fue Osiris, dios egipcio de la agricultura, quien enseñó a la humanidad el arte de fabricar cerveza.

Desde el Período Predinástico, en la vida egipcia, la cerveza, al igual que el pan, era el componente principal de sus vidas.

La mayor parte del esfuerzo y del dinero que se invertía, tanto por la nobleza como por las clases pobres, era para la obtención del grano de cereal de donde se producía, tanto el pan como la base para realizar la cerveza.

Incluso estaba presente cuando se llegaba al más allá pues gracias a ella sobrevivia el Ka del difunto, por eso, fue enterrada en vasijas y su elaboración pintada en las tumbas de la nobleza, que han servido de ilustración para saber los pasos procedentes para la elaboración de la cerveza.

En las grandes ciudades la elaboración era más compleja que en las pequeñas aldeas, donde estaba organizada por las mujeres para uso exclusivamente familiar.

El proceso para la fabricación de la cerveza, requería cumplimentar varios pasos: inicialmente se tomaba pan del día anterior, ya fuera de trigo, cebada o mijo, se machacaba y desmigaba junto con la levadura, y tras introducir los fragmentos en una tinaja de gran tamaño, se les añadía agua hasta cubrirlos por completo.

Esta mezcla se dejaba macerar tres días con agua de dátiles. Mas tarde, en un recipiente aparte, se echaba una pequeña cantidad de grano, cubriéndolo con agua caliente.

Transcurridas veinticuatro horas se escurría el agua con un colador, y se exponían los granos al calor del sol para que se secaran durante otro día más.

A continuación se machacaban los granos hasta formar con ellos una pasta uniforme, pasta que tras ser unida a la mezcla primera se dejaba macerar durante otras diez horas.

Por último se filtraba el líquido resultante, almacenándose unas jarras especiales de forma ovoide, cantos redondeados y planas, que cerraban con una capa de lino y arcilla para proteger el contenido, asegurando su conservación, sobre estas tapas anotaban la calidad y el tipo de cerveza, el resultado final era una especie de licor alcohólico de color turbio.

En cuanto a las materias más usadas para su fabricación eran el trigo, la cebada del alto y bajo Egipto, cebada malteada, agua, mandrágora, y de vez en cuando algunos dátiles.

Se han encontrado descripciones de hasta 17 tipos de cerveza.

El contenido alcohólico variaba según el proceso de fabricación desde los 4º de la cerveza común hasta los 14º o más de la cerveza fuerte.

Se bebían diferentes tipos de cervezas: cervezas de “Perecer”, la cerveza común, cerveza dulce, la cerveza espesa, la cerveza de ofrenda y la cerveza fuerte.

No obstante, no era bien visto el consumo excesivo de esta bebida; quien se excedía era criticado y menospreciado por su entorno.

Asimismo, las casas de cerveza, que las había, no tenían muy buena reputación.

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