martes, 7 de julio de 2009

Shabtis

LOS SIERVOS DE LOS MUERTOS

En los primeros tiempos de la civilización egipcia, las tumbas de los faraones se hallaban rodeadas de los cuerpos de sus siervos, que eran enterrados con él, los cuales debían servir a su señor incluso en el más allá. Con el tiempo, éstos fueron reemplazados por estatuillas que los representaban.

Los sacrificios humanos se nos hacen imposibles cuando hablamos de Egipto, no obstante son muchas las tumbas reales que están acompañadas de cientos de tumbas propiedad de gentes que no pertenecían a la nobleza ni a la realeza, pero si vinculadas al faraón.

Por ejemplo: la tumba de Hor-Aha en cuyo alrededor contiene 34 hoyos pequeños, sepulturas de cortesanos que posiblemente fueron sacrificados.
El análisis de los huesos humanos encontrados allí demuestran que son casi todos varones, no mayores de 25 años.

Otro ejemplo es la tumba de Djer, el enterramiento mas grande de la primera dinastía en Abydos, a esa tumba le acompañan 318 tumbas de sirvientes , muchas marcadas con estelas. De 97 estelas inscritas, 76 pertenecen a mujeres, 11 a varones y 2 a enanos.
Seguramente pertenecían al servicio, o eran sacerdotes y artistas de la casa real.

Aunque no se puede hablar de que estas tumbas demuestren que se realizaban sacrificios, es bastante difícil de explicar porque los restos humanos hallados en la tumba de Hor-Aha no sobrepasaban la edad de 25 años, sin pensar en alguna clase de sacrificio, ya fuera “forzado” o “voluntario”.

El caso es que pronto se abandonó esta costumbre, apareciendo los Shabtis.

Shabtis: también ushebtis o shawabtis. La palabra puede derivar del Antiguo Egipcio SWP 'palo' originalmente, siendo tal vez reinterpretado a partir del egipcio WSB 'respuesta', 'responder' en el primer milenio antes de Cristo.

Como los dioses podían exigir al espíritu de un difunto que realizase una determinada labor o cometido en el más allá y para evitar ser condenados a una servidumbre eterna, los egipcios se enterraban con estas estatuillas que simbolizaban a los que habían de servirles en la otra vida.
Estas estatuillas eran llamadas "shabtis", y respondían a cualquier demanda que les hiciese el alma con la voz "¡Aquí estoy! ¡Así lo haré!".

En una misma tumba podía llegar a haber hasta 401 shabtis (esta cifra incluía un siervo para cada día del año y treinta y seis responsables de organizar cada grupo de trabajo, compuesto de diez siervos cada uno).

Su uso y producción abarca un período muy largo de alrededor de 2000 años; probablemente evolucionaron de figuras en miniatura colocadas en ataúdes en el Primer Período Intermedio (2181-2040 A.C.), y siguieron en uso hasta el final del Período Ptolemaico (332-30 A.C.). A causa del número producido durante aquellos años están entre las más numerosas de las antigüedades egipcias.

Estas figurillas varían en altura de sólo unos centímetros a figurillas de casi 60 cm. alto pero la mayoría están entre 10 y 20 cm.

Su misión era sustituir al difunto en caso de que el cuerpo fuera destrozado y en las tareas desagradables del Otro Mundo. Se trataba en cierta manera de dobles, de sirvientes mágicos personales del fallecido. En ocasiones incluso guardaban cierto parecido físico con el difunto.

Los Shabtis cobraban vida gracias a los jeroglíficos que las envolvían, textos religiosos y fórmulas mágicas (la más común de todas es la que aparece en el pasaje número VI del conocido Libro de los Muertos) que propiciaban al difunto el uso de estos siervos en el Más Allá siempre que el fallecido precisase de su ayuda, ya fuera para servirlo o proporcionarle todo aquello que necesitara en el Otro Mundo.

Estas pequeñas figurillas funerarias de sirvientes a modo de momias, solían llevar inscrito el nombre del "dueño" (el fallecido).

Se confeccionaron de diferentes materiales, pero los primeros se hicieron de madera. Después de arcilla, cobre, piedra caliza, cera, metal, esteatita, alabastro, cerámica, barro, terracota, bronce, ébano, cristal.
Aunque el empleo del cristal y la cera son muy raros, con sólo un puñado de ejemplos conocidos.

Solían colocarse en diferentes lugares de la tumba; bien dentro del ataúd, a su lado, en el mismo suelo de la tumba o incluso en un pequeño sarcófago especialmente hecho para ellos (en ocasiones se han encontrado más de un centenar de ellas en un mismo sarcófago).

Con el tiempo llegaron a representar todas las actividades habituales de la vida cotidiana desde panaderos y carniceros hasta ejércitos enteros y embarcaciones con toda su tripulación.

Se piensa generalmente que los Shabtis eran hechos en talleres ligados a templos y palacios, aunque pueden haber habido talleres privados. Las personas importantes, también incluían shabtis en sus tumbas.

Así la preocupación obsesiva por la muerte proporcionó a Egipto de una de sus mayores industrias.

No hay comentarios: