miércoles, 22 de julio de 2009

BASTET


Bastet, diosa egipcia con cabeza de gato.

Todos los años, el 31 de octubre, se celebraba un festival en su honor en Bubastis, su principal centro de culto.

Este festival fue descrito por Heredoto, aunque hasta 1887 se consideró una leyenda; en ese año se encontraron evidencias arqueológicas de estos festivales.

Según Heredoto el festival de Bastet era uno de los más populares del calendario egipcio en el período tardío.

La gente llegaba en barcazas, debido al emplazamiento de Bubastis.

Durante la travesía las mujeres hacían sonar sus castañuelas y algunos hombres tocaban la flauta y todos cantaban y danzaban.

Uno de los instrumentos musicales más utilizados era el "sistrum" con el que a menudo aparecía representada la propia Bastet.

También se dice que las mujeres imitaban los movimientos de las gatas en celo para seducir a los hombres.

Ya en Bubastis celebraban elaborados sacrificios y se consumía gran cantidad de vino.
Heródoto nos habla de no menos de setecientas mil personas, dato que a los arqueólogos les parecía exagerado o incierto hasta que se encontraron evidencias arqueológicas cuando se encontró el emplazamiento del antiguo templo principal de Bubastis con las catacumbas llenas de gatos momificados y diversos santuarios faraónicos.

Durante el festival se llevaban los gatos muertos a Bubastis (el gato era una mascota muy popular entre los egipcios) para embalsamarlos y enterrarlos en unos receptáculos sagrados, con objeto de llevar mensajes de sus dueños al mundo de los muertos.

Bastet era en un principio una de las muchas diosas de la fecundidad, como tal pasó a convertirse en protectora del hogar, los niños, las mujeres y los partos.
También encarnaba la danza y la diversión.

Los egipcios creían que los gatos traían buena suerte al hogar donde habitaban.
Los gatos eran llamados "miu" o "mii" (por el sonido del maullido).

Los gatos eran tratados excelentemente, se los consideraba sagrados, especialmente los del templo de Bubastis, y en algunas casas eran los que primero y mejor comían.
Los favoritos eran los gatos negros.

Todos los gatos se consideraban propiedad del faraón, aunque por supuesto éste permitía que sus súbditos cuidaran de ellos.

A los gatos se les inoculaba sangre humana para protegerlos de las enfermedades y los malos espíritus, matar a un gato estaba condenado con pena de muerte y cuando un gato doméstico moría sus dueños se rapaban las cejas en señal de duelo.

La diosa Sekhmet, de cabeza de león, es relacionada, a veces, con la diosa Bastet.

Sekhmet, representaba la luna, el poder, el misterio, lo oscuro, lo sanguinario y lo oculto... y por otro lado Bastet, relacionada con el sol, protectora, cálida y maternal.

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